En el catolicismo, ¿qué son las obras meritorias?
Los protestantes a menudo acusan a los católicos de creer en la salvación basada en obras. Sin embargo, los católicos afirman aferrarse a la salvación por gracia. Para entablar un diálogo efectivo, es necesario entender lo que los católicos quieren decir cuando hablan de obras meritorias. La Iglesia Católica enseña que hay dos tipos de mérito: mérito condigno y mérito congruente. Mérito condigno conlleva una obligación de recompensa, como el pago de un servicio prestado. El mérito congruente permite, pero no requiere una recompensa adecuada, como una gratificación (propina) por un servicio bien prestado.
La doctrina católica enseña que las personas no pueden hacer obras de mérito condigno. En otras palabras, Dios nunca puede estar en deuda con nosotros por cómo actuamos. Enseña que las personas pueden, sin embargo, hacer obras de mérito congruente. En otras palabras, es apropiado y correcto que Dios recompense a las personas por ciertas obras. Para los católicos, la penitencia es un tipo de obra que puede obtener una recompensa de Dios, en este caso compensar las acciones pecaminosas. Cualquier cosa que se considere una buena obra podría tener un mérito congruente. Los católicos sostienen que Dios no está obligado a recompensar estas obras basándose solo en las obras mismas, sino que ha prometido recompensarlas y, por lo tanto, está obligado a hacerlo.
La Iglesia Católica enseña que el bautismo es el sacramento que elimina el pecado original y, en cierto modo, es un borrón y cuenta nueva para una persona. Entonces, esa persona puede hacer obras de mérito congruente. Aparte de las obras de mérito congruente, los católicos sostienen que sería inapropiado que Dios le otorgue a una persona la entrada al cielo. Si un católico muere en "un estado de gracia" (relación correcta con la Iglesia Católica, bautizado y sin haber cometido ningún pecado mortal) y no tiene suficiente mérito congruente para compensar los pecados que ha cometido, la persona es enviada a purgatorio para pagar penalidades por los pecados. Después de un tiempo en el purgatorio, a la persona se le otorga la entrada al cielo.
Los católicos sostienen que este sistema se basa en la gracia. Dios exhibió gracia al enviar a Jesús a hacer un borrón y cuenta nueva y al prometer recompensar las buenas obras. Afirman que no están realmente ganando la salvación porque técnicamente no se requiere que Dios recompense las buenas obras. Aun así, está claro que las obras de alguna manera ganan la entrada al cielo en la doctrina católica, y así la doctrina católica de la salvación incluye obras. La ortodoxia protestante enseña la salvación solo por gracia. Ninguna cantidad de buenas obras puede ganar la salvación de Dios de ninguna manera.
Los protestantes afirman que Jesús no solo pagó la pena completa por los pecados (no existe el purgatorio), sino que también es la única fuente de justicia (no logramos justicia mediante buenas obras). Como Pablo escribió: "Es más, todo lo considero pérdida por razón del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por él lo he perdido todo, y lo tengo por estiércol, a fin de ganar a Cristo y encontrarme unido a él. No quiero mi propia justicia que procede de la ley, sino la que se obtiene mediante la fe en Cristo, la justicia que procede de Dios, basada en la fe." (Filipenses 3: 8–9). Nuestra justicia viene por la fe en Cristo, no por las obras.
De manera similar, Romanos 4: 4–8 dice: "Ahora bien, cuando alguien trabaja, no se le toma en cuenta el salario como un favor, sino como una deuda. Sin embargo, al que no trabaja, sino que cree en el que justifica al malvado, se le toma en cuenta la fe como justicia. David dice lo mismo cuando habla de la dicha de aquel a quien Dios le atribuye justicia sin la mediación de las obras: «¡Dichosos aquellos a quienes se les perdonan las transgresiones y se les cubren los pecados! ¡Dichoso aquel cuyo pecado el Señor no tomará en cuenta!»".
La idea de que esforzarse, ser bueno, realizar suficientes acciones buenas, tener la moral correcta, se ganará el favor de Dios, no es bíblica. "Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, no por obras, para que nadie se jacte. Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica." (Efesios 2: 8–10).
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