¿Existe Dios?

Muchos argumentos se han presentado tanto a favor como en contra de la existencia de Dios. Sin embargo, la gran mayoría de la gente en alguna forma de dios. Los siguientes son algunos de los argumentos más comunes para la existencia de Dios.

Argumento a partir de la causa: Este argumento considera a Dios como la “Primera Causa”. En otras palabras, todo lo que existe tiene que provenir de algo más y ese algo más es lo que llamamos Dios. Filosóficamente, este argumento se presenta como:

- Todo lo que tuvo un principio tuvo una causa.
- El universo tuvo un principio.
- Por lo tanto, el universo tuvo una causa.

El primer aspecto, que todo lo que tuvo un principio tuvo una causa, se basa en el principio de causalidad. La nada no puede producir algo. La segunda parte, que el universo tuvo un principio, es sostenida por muchas líneas de evidencia científica moderna. Estas incluyen la segunda ley de la termodinámica (que el universo se está quedando sin energía utilizable y se mueve hacia el desorden), la expansión del universo y el eco de radiación de la explosión inicial del universo (a menudo llamado el Big Bang), entre otros. La conclusión es que el universo tuvo una causa.

Argumento a partir del diseño: Este argumento propone lo siguiente: Todo diseño tiene un diseñador, el universo revela un diseño complejo, por lo tanto, el universo tiene un Diseñador. Este diseño incluye causas tanto naturales como sobrenaturales. Tanto el nivel macro (diseño encontrado en el universo con base en la astronomía) como el nivel micro (diseño encontrado en el nivel celular) apoyan el argumento de formas de vida sumamente diseñadas y complicadas que no encuentran una explicación adecuada aparte de una fuerza externa y poderosa capaz de un diseño inteligente. Este Diseñador Inteligente abre la puerta a la existencia de Dios.

Argumento a partir de la moralidad: Este argumento sigue una lógica más interna que sugiere que:

- Toda ley tiene un legislador.
- Hay una ley moral absoluta.
- Por lo tanto, debe haber un Legislador absoluto.

Algunos se preguntan si hay una ley moral absoluta. Sin embargo, como señala C.S. Lewis en Mero Cristianismo: “En el momento en que se dice que un conjunto de ideas morales puede ser mejor que otro se está, de hecho, midiendo a ambos de acuerdo con una norma, diciendo que uno de ellos se ajusta más a esa norma que el otro. Pero la norma que mide dos cosas es diferente de esas dos cosas. De hecho, se está comparando a ambas con una Moral Auténtica, admitiendo que existe algo que es el auténtico bien, independientemente de lo que la gente piense, y que las ideas de algunas personas se acercan más a ese auténtico bien que las otras. O pongámoslo de esta manera: si sus ideas morales pueden ser más verdaderas y las de los nazis menos verdaderas, debe de haber algo —alguna Moral Auténtica—, que haga que sean verdaderas en comparación con ella”.

Mientras la filosofía posmoderna intenta desmantelar este argumento al sugerir que todos los absolutos morales en cuanto al bien y el mal son relativos, la existencia de absolutos en el universo es innegable. Por ejemplo, dos más dos no puede ser igual a cuatro y dos más dos no puede ser igual a cinco al mismo tiempo en las mismas condiciones. Del mismo modo, muchas áreas de la moralidad sugieren un sentido universal de la injusticia con respecto a los males del mundo. Las personas pueden diferir en cuanto a cómo identificar exactamente la justicia y la injusticia, pero toda persona tiene un sentido innato de que existe lo correcto y lo incorrecto. Esta moralidad tiene un origen y se argumenta que este Legislador original es Dios.

En última instancia, la Biblia enseña que el necio dice en su corazón: No hay Dios (Salmo 14:1). Aquellos que son honestos admitirán que hay “algo” detrás del diseño del universo y de la vida humana, incluso si las personas no están de acuerdo sobre lo que es ese “algo”. Si bien hay argumentos a favor de la existencia de Dios, la fe también desempeña un papel. Hebreos 11:6 dice: “En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan”. Dios desea que nosotros lo busquemos, y recompensa a los que lo hacen. Él ha proporcionado muchas maneras de entenderlo, incluyendo el mundo creado y su Palabra (Salmo 19). En última instancia, los que lleguen a creer en él deben hacerlo a través de su Hijo Jesucristo para poder recibir la vida eterna (Juan 3:16; Hechos 4:12; Efesios 2:8-9).