¿Qué significa Juan 1:14 cuando dice que el Verbo se hizo carne?

Juan 1:14 dice: "Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad". En este versículo, Juan está comunicando que Jesús (el Verbo) es todo el mensaje, el mensaje completo, que Dios quiso enviar a la tierra.

El término "Palabra" aquí es el término griego Logos, que indica la totalidad de un mensaje, parecido a un concepto o una idea. En un sentido filosófico, habla de la totalidad de un mensaje más que de una "palabra" específica. Lucas utiliza la palabra logos cuando relata que la gente a la que Jesús enseñaba: "se admiraban de su doctrina, porque su palabra era con autoridad" (Lucas 4:32).

En Juan 1:1-5, Juan identifica claramente a Jesús como la Palabra: "En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella".

En esta descripción de Jesús, Juan señala lo siguiente

Que Jesús existía con Dios Padre antes de nacer en la tierra.

Jesús participó en la creación.

Jesús es la luz de toda la humanidad.

Jesús es el mensaje completo que Dios ha enviado a la tierra.

Los traductores escriben "la Palabra" con mayúsculas porque Juan relaciona tan fuertemente a Jesús con el mensaje de Dios que aquí se convierte en una personificación de Jesús, quien es completamente Dios y completamente humano—Dios en la carne (Mateo 1:23; Romanos 8:3; Filipenses 2:5-11).

Los gentiles entendían que el término "palabra" significaba la mente, la razón o la sede de la sabiduría de una persona. Los judíos la habrían reconocido como la acción que realizó Dios para crear el universo y todo lo que hay en él (Génesis 1).

Es importante ver por qué Dios envió Su mensaje completo, Su Hijo Jesús, a la tierra. Jesús se refirió a esto en Lucas 20:9-16. Su historia era sobre un propietario que tenía un campo. Contrató a gente para que trabajara el campo, pero cuando envió a gente a recoger su parte de las ganancias, los arrendatarios los golpeaban constantemente. El propietario envió entonces a su hijo, pero los arrendatarios lo mataron. Entonces el propietario entregó la viña a otros.

Jesús contó esta historia sobre Su Padre y sobre sí mismo. Dios había enviado profetas a Su pueblo, a los que ellos habían rechazado. Ahora envió a Su Hijo, al que matarían. La oferta de salvación de Dios sería para todos, no sólo para los judíos (Juan 10:16; Gálatas 2:28; Colosenses 3:11). El Verbo se hizo carne, vivió una vida sin pecado y es nuestro Sumo Sacerdote. Fue tentado como nosotros, pero nunca pecó. Podemos confiar en que Jesús se compadece de nosotros y tener la seguridad de que es mediador entre nosotros y el Padre (Hebreos 4:15; 10:1-18; 1 Timoteo 2:5-6). De hecho, sólo en Jesús podemos encontrar la salvación (Efesios 2:8-9; Hechos 4:12; Juan 14:6).