¿Alguna vez una persona ha visto a Dios?

Por lo general, cuando la gente pregunta si alguna vez alguien ha visto a Dios, se refiere a Dios Padre. La Biblia es clara al decir que nadie ha visto a Dios: "A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer" (Juan 1:18). Sin embargo, Dios se ha dado a conocer de muchas maneras a lo largo de la historia, incluso a través de manifestaciones físicas. No obstante, estas manifestaciones no deben confundirse con el hecho de ver a Dios mismo.

Por ejemplo, Dios se reveló a Adán y Eva en el Jardín del Edén (Génesis 3). No aparece Su aspecto físico, pero Su presencia era evidente y hablaba con ellos.

En Génesis 12, el Señor habló con Abraham, y fue una de las muchas veces que el Señor interactuó con él. Génesis 18 revela que tres ángeles visitaron a Abraham, uno de los cuales representaba al Señor mismo.

Génesis 32 cuenta que Jacob vio a Dios en forma de ángel.

Jueces 13:22 dice que los padres de Sansón tuvieron miedo de la muerte porque habían visto una aparición de Dios.

Dios se le apareció a Moisés y al pueblo de Israel muchas veces en el desierto, principalmente en forma de nube (Números 14:14). En particular, Josué experimentó la presencia de Dios de manera especial mientras Dios lo preparaba para servir como líder de Israel después de Moisés (Éxodo 33:11).

En Éxodo 33:18, Moisés le pidió a Dios: "Te ruego que me muestres tu gloria". Ante esta petición, Dios respondió: "Y le respondió: Yo haré pasar todo mi bien delante de tu rostro, y proclamaré el nombre del Señor delante de ti; y tendré misericordia del que tendré misericordia, y seré clemente para con el que seré clemente. Dijo más: No podrás ver mi rostro; porque no me verá hombre, y vivirá” (Éxodo 33:19-20).

En el Nuevo Testamento, Dios se dio a conocer a través de Jesucristo, Dios en forma humana (Juan 1:1). Juan 1:14 dice que el "Verbo fue hecho carne y habitó entre nosotros".

Después de Su partida, Jesús prometió que el Espíritu Santo vendría a morar y dar poder a los creyentes con la presencia de Dios. Esta obra tuvo lugar el día de Pentecostés (Hechos 2). Durante este período de la historia, Dios da a conocer Su presencia a través de Su Espíritu junto con Su Palabra inspirada, la Biblia.