En Eclesiastés 3:11, ¿qué significa que 'Él todo lo hizo hermoso en su tiempo'?
El impacto del tiempo en nuestras vidas es indiscutible. A menudo, el tiempo -e intentar manejar nuestras expectativas en torno a él- se convierte en un tema agobiante. Normalmente, consideramos que hay cosas que suceden en el momento oportuno, o a tiempo (conseguir ese ascenso cuando lo esperabas); y también hay cosas que suceden en mal momento, muy tarde o muy pronto (varias tragedias consecutivas o una gran oportunidad que llega antes de que seamos lo suficientemente maduros para aprovecharla). Por lo general, pensamos que un buen momento puede llevarnos al éxito, mientras que un mal momento puede conducirnos al fracaso. En Eclesiastés 3:11 el rey Salomón escribe de Dios que "Todo lo hizo hermoso en su tiempo". Esto puede parecer difícil de creer. ¿Acaso Dios puede hacer que todo sea bello? Dios es omnisciente, lo sabe todo, y omnipresente, está en todas partes a la vez. Por lo tanto, existe fuera del tiempo. Su tiempo es perfecto, porque Él ve todo el ámbito del tiempo y el lugar a la vez.
Eclesiastés 3 comienza con una conocida reflexión sobre el tiempo: "Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado; tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de destruir, y tiempo de edificar; tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de endechar, y tiempo de bailar; tiempo de esparcir piedras, y tiempo de juntar piedras; tiempo de abrazar, y tiempo de abstenerse de abrazar; tiempo de buscar, y tiempo de perder; tiempo de guardar, y tiempo de desechar; tiempo de romper, y tiempo de coser; tiempo de callar, y tiempo de hablar; tiempo de amar, y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra, y tiempo de paz" (Eclesiastés 3: 1-8).
Para tener una mentalidad más sana con relación al tiempo, es conveniente pensar en las diferentes estaciones. Para todo hay una época. Algunas estaciones parecen feas, pero luego viene la belleza, y es durante el misterio del entretiempo cuando se vuelven hermosas.
Piensa en las estaciones del año. En invierno, las plantas están inactivas. No hay hojas en los árboles, las flores de narcisos y tulipanes no son más que un bulbo plantado bajo la superficie congelada del suelo. El invierno no es una estación bonita. Sin embargo, todavía hay crecimiento, y es al llegar la primavera cuando vemos que reaparecen las señales de la vida. A los árboles les crecen hojas nuevas. Las flores brotan de la tierra fría. En verano, todo es bello y florece. Los árboles frutales y las hortalizas maduran para la cosecha. Luego, con el otoño, recogemos los frutos de un verano espléndido. Los colores del otoño son un último recordatorio de la belleza que fue, y nos llevamos todo esto con nosotros al próximo invierno, donde de otro modo podríamos tener la tentación de olvidar que la belleza está por llegar de nuevo. Y así continúa el ciclo.
De igual manera, atravesamos diferentes estaciones en nuestras vidas. Hay momentos en los que todo va sobre ruedas y experimentamos una cosa buena después de la otra. Luego, pasamos por pequeñas decepciones y grandes tragedias, y a veces empezamos a sentir que no nos queda nada bueno. Sin embargo, sabemos que Dios hará que todo sea hermoso en su debido momento.
Cuando nos quitan cosas que amábamos o que nos ayudaban, debemos creer que Dios tiene una forma de embellecerlas: "gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración" (Romanos 12:12; ver también Romanos 15:13). Los planes de Dios para nosotros son buenos: "Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, a estos también llamó; y a los que llamó, a estos también justificó; y a los que justificó, a estos también glorificó" (Romanos 8:28-30).
El tiempo de Dios puede frustrarnos o confundirnos, pero eso no significa que esté equivocado. Él siempre hace las cosas en el momento oportuno. Dios envió a Jesús a la tierra en el momento que había señalado (Gálatas 4:4). Jesús dijo: "El tiempo se ha cumplido", cuando comenzó su ministerio (Marcos 1:15). Podemos aferrarnos a la verdad de que Dios hace que "todo sea hermoso en su tiempo" (Eclesiastés 3:8; ver también Génesis 21:2; Isaías 46:10; 60:22; Habacuc 2:3; Mateo 24:36; 26:18; Juan 7:6; 2 Corintios 6:2; Efesios 1:10; 1 Tesalonicenses 5:1-11; 1 Pedro 5:6-7; 2 Pedro 3:8-13; Apocalipsis 1:1).
¿Qué significa que por sus frutos los conoceréis en Mateo 7:16?
¿Qué significa dar frutos dignos de arrepentimiento (Mateo 3:8)?
¿Qué significa ser como un árbol plantado junto a corrientes de aguas (Salmo 1:3; Jeremías 17:8)?
¿Qué significa poner tu rostro como pedernal en Isaías 50:7?
¿Qué significa 'pies como de ciervas' en la Biblia (Salmo 18; Habacuc 3:19)?
La verdad sobre todo lo demás