¿Cuál es la importancia bíblica de la tierra de Galaad?

Galaad es una región montañosa situada en la actual Jordania, al este del río Jordán, que se extiende desde el lago Genesaret (al norte) hasta el extremo norte del mar Muerto (al sur). En tiempos bíblicos, Galaad limitaba al norte con Basán y al sur con Moab y Amón.

Jacob le dio a la región su nombre a partir de dos palabras hebreas -gal, que significa montón, y ed, que significa testigo- porque fue en esta región montañosa donde él y Labán erigieron un montón de piedras como testigo del tratado de paz entre ambos (Génesis 31:47-48). Generaciones más tarde, cuando Israel entró en la Tierra Prometida, las tribus de Rubén, Gad y la mitad de Manasés recibieron tierras en esta región (Josué 13:8-12). Durante la época de los jueces, se libraron algunas batallas clave en Galaad cuando Gedeón luchó contra los madianitas (Jueces 7) y posteriormente cuando Jefté luchó contra los amonitas (Jueces 11). Cuando Absalón, hijo del rey David, se rebeló contra él, David huyó a Galaad para ponerse a salvo (2 Samuel 17:22, 26). También cabe destacar que la ciudad natal del profeta Elías se encontraba en Galaad (1 Reyes 17:1). Esta región desempeñó un papel importante a lo largo de la historia de Israel.

En la Biblia se mencionan cuatro picos montañosos de Galaad: El monte Abarim, el monte Pisga, el monte Nebo y el monte Peor. Galaad también se caracteriza por tener una meseta elevada que se inclina hacia el oeste. Por tanto, toda el agua fluye en forma de numerosos arroyos, riachuelos y manantiales desde las colinas del oeste, mientras que la meseta sigue siendo un desierto de tiza blanca por encima, dejando el lado oriental como un completo desierto. Este flujo de agua hace del oeste de Galaad un país fértil con amplios pastos para rebaños y ganados.

La zona también es conocida por un bálsamo curativo, el bálsamo de Galaad, que se elabora con colofonia líquida de los árboles locales (álamo, pino, ciprés, cedro, etc.). Gracias a la disponibilidad de estos ingredientes medicinales, muchos médicos se establecieron en Galaad. En Jeremías 8:22, el profeta pregunta: "¿No hay bálsamo en Galaad? ¿No hay allí médico? ¿Por qué, pues, no hubo medicina para la hija de mi pueblo?". Jeremías lamentaba la condición espiritual de su pueblo sabiendo que no había cura medicinal para sus corazones llenos de pecado. Sólo el sacrificio de Jesús en la cruz y la obra santificadora del Espíritu Santo se puede curar el problema del pecado en el corazón humano (Hebreos 10:14-17). La tierra de Galaad es un buen recordatorio de que, independientemente del florecimiento, la riqueza, la seguridad o la salud de nuestras vidas terrenales, seguimos teniendo una profunda necesidad espiritual y sólo Dios puede proporcionarnos la cura que buscamos.