En realidad, la Biblia no dice nada directamente sobre la teoría del Big Bang. La teoría es un modelo matemático que intenta describir cómo se expandió el universo a partir de un estado inicial de densidad y temperatura extremadamente altas. El modelo del Big Bang se sugirió por primera vez combinando la expansión observada del universo con la Relatividad General de Einstein. Aunque varias líneas de evidencia independientes apoyan el modelo del Big Bang, este aún se está desarrollando y probando. Sufre modificaciones cuando nuevas observaciones no se ajustan al modelo. Las alternativas al Big Bang incluyen el universo eterno y el multiverso, ninguno de los cuales tiene apoyo bíblico ni científico. La teoría del Big Bang puede explicar cómo cambió físicamente el universo tras el instante de un “comienzo”, pero no dice nada sobre cómo o por qué se produjo ese comienzo. El acto mismo de la creación del universo sigue estando fuera del alcance de los cosmólogos. Sin embargo, la Biblia es clara sobre cómo empezó el universo y Quién lo creó.
El Big Bang describe un modelo de expansión del universo a partir de un estado inicial de densidad y temperatura extremadamente altas. Esta singularidad se expandió rápidamente y, al hacerlo, se enfrió y formó partículas subatómicas, átomos y, finalmente, las estrellas y galaxias que vemos hoy en día. Curiosamente, tanto la teoría del Big Bang como la Biblia (Génesis 1:3, 14) sugieren que los fotones (la luz) existían antes que las estrellas (el sol). La teoría se apoya en una serie de pruebas observacionales, como la expansión del universo, la radiación cósmica de microondas de fondo y la abundancia de elementos ligeros. El Big Bang implica que el universo comenzó a expandirse hace unos 13,700 millones de años. La teoría del Big Bang se basa en la Relatividad General de Einstein (teoría de la gravedad), que describe con precisión el comportamiento de la materia y la energía a grandes escalas. La Relatividad General está bien establecida, pero no dice cómo empezaron las cosas. En 1927, el sacerdote católico y astrónomo Georges Lemaître aplicó por primera vez el trabajo de Einstein al universo en expansión, dando a entender que podía remontarse a un único punto de origen. Antes de esto, la mayoría de los científicos creían que el universo era infinito y eterno. La idea de que el universo tuviera un principio generó mucha resistencia por sus implicaciones religiosas. Hoy, basándose en las pruebas, la mayoría de los cosmólogos aceptan la idea de que el universo tuvo un principio, aunque las opiniones varían mucho en cuanto a la causa inicial, que según Génesis 1:1 fue Dios. La teoría del Big Bang no está completa y tiene varias predicciones no comprobadas y piezas faltantes. Una afirmación inquietante es que el 95 % de la energía del universo se encuentra en una forma desconocida, llamada energía y materia oscuras, que nunca se han observado. La teoría del Big Bang sigue desarrollándose.