¿Qué significa el temor a Dios?

Cuando pensamos en el temor, nuestro primer pensamiento suele ser la idea de tener miedo. Sin embargo, "el temor del Señor" tiene un significado diferente, que es importante para nuestra salud espiritual.

Proverbios 1:7 enseña: "El principio de la sabiduría es el temor del Señor". El versículo termina con un pensamiento paralelo: "Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza". El contraste que se hace en las dos líneas tiene que ver con la sabiduría. Una correcta visión de Dios es el principio del conocimiento. Los "insensatos" que tienen una visión errónea de Dios no aprecian la sabiduría ni la instrucción.

La Ley del Antiguo Testamento que se le dio a Israel hacía eco de este concepto del temor al Señor. Deuteronomio 10:12-13 dice: "Ahora, pues, Israel, ¿qué pide el Señor tu Dios de ti, sino que temas al Señor tu Dios, que andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma; que guardes los mandamientos del Señor y sus estatutos, que yo te prescribo hoy, para que tengas prosperidad?" Una vez más, "temer" a Dios es tener una visión correcta de Él que conduce al amor, al servicio y a la obediencia.

Los únicos que deben "temer" a Dios en el sentido de "tener miedo" son aquellos que no han puesto su fe en Jesucristo. Para esas personas, el futuro les depara un juicio (Hebreos 10:31). Jesús advirtió: "Pero os enseñaré a quién debéis temer: Temed a aquel que después de haber quitado la vida, tiene poder de echar en el infierno; sí, os digo, a este temed". (Lucas 12:5). La única manera de evitar este juicio futuro es creer en el Hijo de Dios (Juan 3:16). La fe en Jesús nos quitará el miedo al futuro y nos dará una visión correcta de Dios.

Juan escribió: "En esto se ha perfeccionado el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio; pues como él es, así somos nosotros en este mundo. En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor" (1 Juan 4, 17-18). Los que conocen a Cristo no viven con miedo al futuro; es decir, no temen la condena de Dios. En cambio, tienen una imagen correcta de Dios que se basa en el amor que Él les tiene.

En última instancia, "Y su misericordia es de generación en generación a los que le temen" (Lucas 1:50). Un concepto adecuado de Dios incluye una profunda reverencia y respeto por nuestro Creador y Salvador. En Cristo, no tenemos que sentir miedo de Dios, sino que debemos tenerle temor, sabiendo que sólo por Su gracia somos salvos y podemos experimentar una relación con Él (Efesios 2:8-9).