¿Qué son los sueños proféticos? ¿Acaso Dios da sueños proféticos a las personas hoy en día?

Los sueños proféticos se pueden definir en términos generales como sueños o visiones que revelan la verdad de una situación. La Biblia contiene muchos relatos de sueños proféticos, y no se limitan a los profetas.

El profeta Daniel tuvo sueños proféticos (Daniel 7:1), pero también los tuvo el malvado rey Nabucodonosor (Daniel 2). En este caso, el rey Nabucodonosor necesitaba que el profeta Daniel interpretara su sueño. Cuando Daniel interpretó el sueño de Nabucodonosor, se propuso alabar a Dios, que es quien proporciona la sabiduría para interpretar los sueños (Daniel 2:20-23, 26-30).

En otras situaciones, Dios habló a la gente común a través de los sueños y no fue necesaria la interpretación. Este fue el caso de Génesis 20:3-7, donde Dios reveló la mentira de Abraham al rey Abimelec. Abraham le había dicho al rey que Sara era su hermana, cuando en realidad era su esposa. Y Dios se lo reveló a Abimelec en un sueño.

¿Acaso Dios da sueños proféticos hoy en día? Ya que Él es el mismo Dios ayer, hoy y siempre, es posible asumir que Dios todavía puede dar sueños proféticos a las personas hoy en día (Hebreos 13:8). Él puede usar los sueños para guiar a las personas a la salvación, y hay muchas historias de personas que tuvieron sueños en los que Jesús se les aparecía y les decía que Él es el camino a la salvación. Estos ejemplos son meras anécdotas, así que, por supuesto, no hay forma de probar que fueran sueños proféticos. No obstante, están acordes con la verdad revelada de las Escrituras y han producido buenos frutos.

También debemos estar alerta ante el peligro de que voces engañosas intenten infiltrarse. Si crees que puedes haber tenido un sueño profético o si alguien más afirma que lo ha tenido, sería prudente comparar el contenido del sueño con las verdades de las Escrituras. Si el sueño contradice la verdad que contiene la Biblia, no es de Dios. Dios no contradice Su Palabra. Es sabio pedir a Dios sabiduría en estas situaciones (Santiago 1:5) y confiar en que Él revelará la verdad o los aspectos proféticos de un sueño a Su manera y en Su tiempo. No te precipites. Debemos esperar en Él si no estamos seguros de que es Él quien ha hablado.