Ya que Dios odia el sacrificio humano, ¿cómo es posible que el sacrificio de Jesús fuera el pago por nuestros pecados?

El Antiguo Testamento dice claramente que Dios está en contra de los sacrificios humanos. Por ejemplo, en Deuteronomio 12:31 dice: "No harás así al Señor tu Dios; porque toda cosa abominable que el Señor aborrece, hicieron ellos a sus dioses; pues aun a sus hijos y a sus hijas quemaban en el fuego a sus dioses". Deuteronomio 18:10 también dice: "No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego". Ya que Dios odia los sacrificios humanos, ¿cómo es posible que el sacrificio de Jesús sirva como pago por nuestros pecados?

En primer lugar, Jesús no era un simple ser humano; era completamente Dios y completamente hombre (Juan 1:1). Su sacrificio fue doloroso, pero fue temporal. Al ser Dios en forma humana, Jesús era único en Su persona y en Su capacidad de servir como sacrificio perfecto en favor de la humanidad.

En segundo lugar, Jesús entregó voluntariamente Su vida en la cruz; el Padre no lo obligó a ser sacrificado. Esto hace que el acto de Jesús en la cruz sea un regalo voluntario y amoroso en lugar de un cruel castigo del Padre. Jesús dijo: "Nadie me la quita [la vida], sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar" (Juan 10:18).

En tercer lugar, el sacrificio humano era permanente; la muerte de Jesús fue sólo temporal. Jesús sabía de antemano que iba a resucitar victorioso. Se le apareció a mucha gente durante 40 días, demostrando que era el Salvador resucitado. Incluso se nos dice que se presentó a más de 500 personas en una sola ocasión: "Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen" (1 Corintios 15:6).

En cuarto lugar, el sacrificio de Jesús era necesario. El mismo Antiguo Testamento que prohibía los sacrificios humanos, anunciaba que alguien vendría y sería castigado por nosotros. Isaías 53:4-5 dice: "Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados".

Dios está en contra de los sacrificios humanos y hasta afirma que los "odia". Sin embargo, el sacrificio de Jesús fue un acto de amor que ofrece vida eterna a todos. Es diferente y único en el sentido que Jesús es tanto humano como divino, Jesús voluntariamente dio Su vida, Su muerte fue temporal, y Su muerte fue necesaria para completar el plan de Dios para ofrecer redención a través de Jesucristo.