¿Es correcto que una iglesia recaude fondos?
No hay una respuesta única a esta pregunta por las diferentes maneras en que las iglesias enfocan la recaudación de fondos. Algunas no recaudan fondos para nada, sino que recogen discretamente las ofrendas para pagar las facturas; otras emprenden enormes campañas de "primicias" para recaudar millones. La Biblia da ejemplos de recaudación de fondos, pero siempre para una necesidad específica. Recaudación de fondos en la Biblia
Donaciones para el Tabernáculo: En Éxodo 25, Dios comienza su detallada comisión para el Tabernáculo donde los sacerdotes realizarían sacrificios y se mantendría el Arca del Pacto. En Éxodo 25:2-7, le dice a Moisés:
Di a los hijos de Israel que tomen para mí ofrenda; de todo varón que la diere de su voluntad, de corazón, tomaréis mi ofrenda. Esta es la ofrenda que tomaréis de ellos: oro, plata, cobre, azul, púrpura, carmesí, lino fino, pelo de cabras, pieles de carneros teñidas de rojo, pieles de tejones, madera de acacia, aceite para el alumbrado, especias para el aceite de la unción y para el incienso aromático, piedras de ónice, y piedras de engaste para el efod y para el pectoral.
Los israelitas salieron de Egipto con grandes tesoros (Éxodo 12:35-36); Dios esperaba que utilizaran parte de ellos para adorar a Aquel que los había salvado de la esclavitud. Sin embargo, aunque el pueblo daba generosamente, quedaba muy claro que los sacerdotes pedían para la construcción del Tabernáculo, no para ellos mismos.
Donaciones para el Templo: David reunió gran parte de los materiales que su hijo Salomón utilizaría para construir un templo más duradero (1 Crónicas 29:1-5), aunque en 1 Crónicas 29:6-8 se explica que recibió ayuda:
Entonces los jefes de familia, y los príncipes de las tribus de Israel, jefes de millares y de centenas, con los administradores de la hacienda del rey, ofrecieron voluntariamente. Y dieron para el servicio de la casa de Dios cinco mil talentos y diez mil dracmas de oro, diez mil talentos de plata, dieciocho mil talentos de bronce, y cinco mil talentos de hierro. Y todo el que tenía piedras preciosas las dio para el tesoro de la casa del Señor, en mano de Jehiel gersonita.
Cuando los israelitas se asentaron y el Tabernáculo dejó de ser suficiente para la adoración, Salomón construyó el Templo. Del mismo modo, las iglesias de todo el mundo recaudan dinero para financiar su propio templo.
Donaciones para los pobres: La Iglesia sí emprendió campañas de recaudación de fondos en el Nuevo Testamento, pero en cuanto a campañas específicas, la única que se menciona fue para los pobres y perseguidos de otras iglesias, concretamente de Jerusalén. En 1 Corintios 16:1-4, Pablo explica cómo se hacía:
En cuanto a la ofrenda para los santos, haced vosotros también de la manera que ordené en las iglesias de Galacia. Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan entonces ofrendas. Y cuando haya llegado, a quienes hubiereis designado por carta, a estos enviaré para que lleven vuestro donativo a Jerusalén. Y si fuere propio que yo también vaya, irán conmigo.
Aunque Pablo insiste en que hay que pagar a los que trabajan en la Iglesia con las ofrendas regulares de los miembros (1 Timoteo 5:17-18; 1 Corintios 9:14), el Nuevo Testamento no da ningún ejemplo de recaudación masiva de fondos que no sea para ayudar a otros cristianos necesitados.
Recaudación de fondos en las iglesias de hoy
Utilizando los ejemplos de la Biblia, es lógico pensar que una iglesia puede participar en la recaudación de fondos, pero sólo para determinadas causas. En el Antiguo Testamento, era para construir algo que Dios ordenó-no una enorme y decadente monstruosidad que habla más de orgullo y estatus mundano que de adoración a Dios. En el Nuevo Testamento, la iglesia recaudaba dinero para otros necesitados, no para ministros que ya vivían en mansiones. Si una iglesia necesita pagar una deuda, ampliar las instalaciones o cubrir los gastos médicos de alguien, eso está muy bien.
Lo más preocupante hoy en día son las iglesias que presionan a sus miembros para que den "semillas" o "primicias" con el único propósito de recaudar dinero. Debe haber un propósito bíblico para el dinero. Si una iglesia desea utilizar las ofrendas para fortalecer la fe de sus miembros, lo mejor sería identificar una iglesia u organización paraeclesiástica necesitada para la cual recaudar el dinero.
Por último, a la hora de recaudar fondos, los líderes no deben obligar, coaccionar, hacer sentir culpables o acosar a los miembros para que den. Las necesidades se deben expresar claramente, y las donaciones se deben dar voluntariamente. Sobre las provisiones que David recolectó para el Templo, 1 Crónicas 29:9 dice, "Y se alegró el pueblo por haber contribuido voluntariamente; porque de todo corazón ofrecieron al Señor voluntariamente. Asimismo se alegró mucho el rey David".
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