¿Qué es un presagio?
Los presagios son señales que anuncian un acontecimiento futuro, ya sea bueno o malo. Por ejemplo, para los supersticiosos, encontrar una moneda cara arriba es un presagio de buena suerte, o que un gato negro se cruce en tu camino es un presagio de mala suerte. Normalmente, los presagios están relacionados con la superstición y la adivinación. Las supersticiones sencillas tienen fácil explicación, como por ejemplo romper un espejo, que supuestamente traerá mala suerte durante siete años. Sin embargo, quienes creen firmemente en los presagios pueden acudir a un adivino para que se los explique o recibir instrucciones sobre cómo evitar la mala suerte en la vida cotidiana.
Prestar atención a los presagios, leer la suerte y la adivinación han existido a lo largo de la historia en muchas culturas diferentes. En la antigua Asiria, un mal presagio obligaba al rey a esconderse. Un falso rey ocupaba el trono para hacer frente a cualquier mal.
La superstición no es bíblica y la Biblia tiene serias advertencias sobre todo lo relacionado con lo oculto, tales como la lectura del futuro y la adivinación. Por ejemplo, Deuteronomio 18:10-12: "No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. Porque es abominación para con el Señor cualquiera que hace estas cosas, y por estas abominaciones el Señor tu Dios echa estas naciones de delante de ti".
La Biblia menciona una especie de "presagios", en el sentido de que Dios a veces daba señales junto con la profecía. En Isaías 20:3, el profeta camina desnudo delante de egipcios y cusitas para predecir su destrucción. También en Isaías, la sombra de un reloj de sol se mueve hacia atrás para confirmar la profecía (Isaías 38:7-8). Cuando Dios inició la serie de acontecimientos para liberar al pueblo del Faraón, hizo que Moisés y Aarón realizaran señales para mostrar Su poder, y luego envió las plagas (Éxodo 4:1-5). Varios nombres de la Biblia también eran descriptivos del futuro, como por ejemplo los hijos de Isaías (ver Isaías 8) o aquellos cuyo nombre Dios cambió como Abram/Abraham y Jacob/Israel. El Apocalipsis también describe señales que aparecerán al final de los tiempos. Las señales bíblicas siempre provienen claramente de Dios y Él las explica.
Los cristianos no creen en supersticiones ni buscan presagios. Los cristianos reciben el Espíritu Santo para instruirles y guiarles (Juan 14:16-17, 25-26) y la presencia de Jesucristo para mostrar la bondad, la gracia y el amor de Dios (1 Juan 4:9). La propia Palabra de Dios, la Biblia, es nuestra fuente de discernimiento espiritual (2 Pedro 1:19-21).
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