¿Por qué las pruebas y tribulaciones forman parte de la vida cristiana?
Una de las cosas más difíciles de la fe cristiana es las pruebas a las que nos enfrentamos como creyentes. ¿Por qué Dios permite que enfrentemos pruebas, tribulaciones y tentaciones? Santiago 1:2-4 ofrece una mirada perspicaz: "Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna". Debemos afrontar las pruebas con alegría porque, al final, nos llevan a la madurez espiritual.
Jesús habló de este concepto en Juan 15:2: "Todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto". Por lo general, los que siguen a Dios deben enfrentarse a diferentes formas de "limpieza" o luchas para poder dar más fruto. En otras palabras, las dificultades que Dios permite en nuestras vidas nos permiten crecer en madurez y servir mejor al Señor.
Pablo escribió sobre el impacto del sufrimiento y su importancia para consolar y ayudar a los demás al decir: "Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios" (2 Corintios 1:3-4). Las tribulaciones de Pablo le permitieron ganar experiencia para poder consolar mejor a los demás, que también sufrían tribulaciones.
Muchas veces Dios usa nuestras luchas más difíciles para que podamos ayudar a otros con luchas similares. Aunque estas pruebas no nos gusten, Dios puede usar, y de hecho lo hace, nuestras debilidades para llevar esperanza a los demás.
Las pruebas también nos recuerdan que hay algo mejor para los que creen. En Romanos 8:18, Pablo escribió: "Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse". Aunque se enfrentó a muchas dificultades, pudo soportarlas porque sabía que después de esta vida le esperaba algo mucho mejor.
Una última palabra de aliento con respecto a las pruebas es que aquellos que soportan fielmente pueden esperar recompensas eternas. Santiago 1:12 promete: "Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman". Nuestras tribulaciones en esta vida son difíciles, pero sólo temporales. Incluso ahora, Dios está trabajando para que nuestro dolor sirva para ayudar a los necesitados y recompensará a los que resistan fielmente.
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