¿Qué es un proverbio bíblico?

Un proverbio bíblico se puede definir como "un refrán corto que expresa una verdad general para la vida práctica y según Dios". Las verdades fundamentales de la vida se ilustran mediante comparaciones en el libro de Proverbios. De hecho, la palabra "proverbio" significa "ser como". El propósito de los proverbios es comunicar sabiduría de una forma fácil de recordar y concisa. Esto crea una contradicción de sencillez y profundidad. A través del lenguaje cotidiano se transmite una gran sabiduría. La Biblia incluso describe los proverbios como "dichos de los sabios" (Proverbios 24:23).

El libro bíblico de los Proverbios hay que interpretarlo de forma diferente a otras partes de la Biblia. Es literatura sapiencial y se debe leer como tal. Los Proverbios no describen todas las situaciones en todo momento. Tampoco son promesas. Un ejemplo de esto se muestra en Proverbios 24:24. "El que dijere al malo: Justo eres, los pueblos lo maldecirán, y le detestarán las naciones". Este proverbio está describiendo cómo la gente por lo general no ve con buenos ojos a un juez corrupto. Sin embargo, sabemos por experiencia que a veces un juez corrupto puede obtener más poder que un juez justo. Así pues, el proverbio habla de una verdad general, no de una realidad o promesa infalible.

Proverbios no es el único libro de la Biblia que contiene proverbios. El Antiguo y el Nuevo Testamento tienen proverbios en todas partes, especialmente en los Evangelios, cuando Jesús enseñaba con parábolas. Las parábolas pueden considerarse una variación de la forma proverbial. Las enseñanzas de Jesús también se han convertido en proverbios. Por su naturaleza breve y concisa, los proverbios tienen la capacidad de sobrevivir siglos. Algunos de los proverbios más comunes de Jesús son "poner la otra mejilla", "recorrer la segunda milla", "echar perlas a los cerdos", "servir a dos señores" y la Regla de Oro. Los proverbios de Jesús sobrevivieron muchos años, en parte gracias a la omnipresente traducción de las Escrituras, y en parte porque Sus palabras eran sabias y de mucho valor.