¿Qué son los demonios según la Biblia?

En resumen:

Los demonios son ángeles que se rebelaron contra Dios y que desean la destrucción de la humanidad. Nuestra esperanza y protección contra los demonios proviene de Dios, que es mucho más grande.

¿QUÉ DICE LA BIBLIA?

Según la Biblia, los demonios son ángeles caídos que se rebelaron contra Dios, uniéndose a Satanás en su desafío (Isaías 14:12-15; Ezequiel 28:12-15). Fueron expulsados del cielo y ahora trabajan para engañar y destruir junto a Satanás (Juan 10:10; Apocalipsis 12:9). Estos seres malévolos se describen como "espíritus malignos" e "inmundos" (Mateo 10:1; Marcos 1:27; Hechos 19:15). Los demonios se oponen activamente a Dios y a sus seguidores (1 Pedro 5:8; 2 Corintios 4:4). A pesar de su formidable poder y de su intención de descarriar a la gente, los demonios son enemigos derrotados en última instancia, como asegura la victoria de Cristo sobre ellos (1 Juan 4:4; Efesios 2:1-10; Colosenses 2:15). Nuestra esperanza y protección provienen de Dios, cuyo poder supera con creces cualquier amenaza planteada por estos enemigos derrotados.

DEL ANTIGUO TESTAMENTO

DEL NUEVO TESTAMENTO

IMPLICACIONES PARA HOY

Aunque los demonios son una presencia real y peligrosa, que intentan desviarnos y causarnos daño, su poder es derrotado en última instancia por Dios. Debemos permanecer vigilantes y conscientes de sus maquinaciones, ya que intentan perturbar nuestra fe y sembrar la confusión. Sin embargo, nuestra confianza y esperanza descansan en el hecho de que Dios, que es infinitamente más grande y todopoderoso, ya ha triunfado sobre estas fuerzas malévolas a través de la victoria de Cristo en la cruz. Esta seguridad nos capacita para resistir y vencer su influencia, sabiendo que nos rodea el poder protector de Dios y que Su fuerza es muy superior a cualquier amenaza que planteen. En nuestra vida diaria, debemos apoyarnos en las promesas de Dios y buscar Su guía, confiando en que Su soberanía y Su gracia garantizan nuestra seguridad y victoria definitivas.

COMPRENDE

REFLEXIONA

PONLO EN PRÁCTICA