¿En qué es único el cristianismo?

En resumen:

Dos verdades que hacen único al cristianismo son la gracia de Dios y la resurrección literal de Jesucristo, el Hijo de Dios. Una persona se salva, no por sus propias obras, sino por la gracia de Dios a través de la fe en la persona y la obra de Jesucristo.

¿QUÉ DICE LA BIBLIA?

Ante todo, la fe cristiana se basa en la resurrección física y literal de Jesucristo (1 Corintios 15:3-4). Ninguna otra religión se basa en la resurrección corporal de su fundador; todos los demás han muerto y han permanecido muertos. La resurrección es la prueba de quién es Jesús (Dios) y de que logró lo que se propuso: proporcionar el único medio de redención para la humanidad. En segundo lugar, el cristianismo es único en sus enseñanzas sobre la salvación. Todos los demás sistemas religiosos exigen obras para recibir la vida eterna, enseñan la reencarnación o rechazan la vida después de la muerte. La Biblia enseña que la salvación es solo por la fe en Jesucristo, aparte de las obras (Juan 3:16; Efesios 2:8-9). En tercer lugar, el cristianismo no es un sistema religioso. Por el contrario, es una relación con Dios, que Él inició y mantiene. Los creyentes son adoptados en la familia de Dios como hijos Suyos (Efesios 1:5), tienen paz con Él (Romanos 5:1) y son miembros del “cuerpo de Cristo” (Romanos 12:5). En cuarto lugar, el cristianismo acepta los libros del Antiguo y

DEL ANTIGUO TESTAMENTO

DEL NUEVO TESTAMENTO

IMPLICACIONES PARA HOY

El cristianismo es único por su impacto. La Iglesia comenzó aproximadamente en el año 33 d. C. en Jerusalén, el día de Pentecostés, bajo el liderazgo del apóstol Pedro y 120 seguidores de Jesús (Hechos 1-2). Aquel día se añadieron nuevas personas (Hechos 2:41). En los años siguientes, las iglesias se expandieron por todo el Imperio romano, incluida la propia Roma (Hechos 28). En el siglo IV, el cristianismo se convirtió en la religión oficial del Imperio. En el siglo XX, era la mayor religión del mundo, con más de dos mil millones de fieles. El mensaje de la muerte y resurrección de Jesús no se parece a ningún otro: la salvación es por la gracia de Dios, no por nuestro propio esfuerzo. Esta gracia nos libera de la agotadora búsqueda de la perfección y nos da una esperanza más allá de este mundo: una vida eterna segura con Dios, posible gracias a la victoria de Jesús sobre la muerte (1 Corintios 15:3-4). El cristianismo nos invita a algo más que una religión: nos ofrece una relación personal con Dios. Estamos llamados a responder a esta invitación, a confiar en la obra de Jesús y a entrar en la vida abundante que Él nos ofrece. La elección de abrazar Su gracia es la decisión más importante que una persona puede tomar.

COMPRENDE

REFLEXIONA

PONLO EN PRÁCTICA