¿QUÉ HACÍA DIOS ANTES DE LA CREACIÓN?
En resumen:
Aunque se sabe poco sobre la obra de Dios antes de la creación, podemos estar seguros de que Dios siempre ha existido. Desde la eternidad pasada hasta la eternidad presente, Dios siempre ha sido y siempre será activo, omnisciente y perfecto en comunidad, amor y gloria como Padre, Hijo y Espíritu Santo.
¿QUÉ DICE LA BIBLIA?
Antes de la creación, Dios existía eternamente como Padre, Hijo y Espíritu Santo, perfectamente completo en amor, comunidad y gloria. La Biblia revela que Jesús, el Verbo, estaba con Dios y participaba activamente en la creación, compartiendo el amor y la gloria del Padre antes del comienzo del mundo (Juan 1:1-3, 17:5). Desde la eternidad pasada, Dios planeó Su creación y salvación, eligiendo a Jesús como Cordero para redimir a la humanidad del pecado (1 Pedro 1:19-20; Apocalipsis 13:8). Su plan soberano incluye ofrecer la vida eterna y escribir el Libro de la Vida antes de la creación (Tito 1:2; Apocalipsis 17:8). Esto nos recuerda que Dios, que existía antes de la creación, es intencional, tiene el control y nos creó para que Lo conozcamos, Lo glorifiquemos y vivamos de acuerdo con Su propósito.
DEL ANTIGUO TESTAMENTO
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El Génesis comienza con estas palabras: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba sin orden y vacía, y las tinieblas cubrían la superficie del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la superficie de las aguas” (Génesis 1:1-2). Estos versículos muestran que Dios Padre y Dios Espíritu Santo existían antes de la creación del universo.
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El Salmo 90:2 confirma que Dios existía antes de la creación, y que tenía el poder y la sabiduría para crear y diseñar todas las cosas.
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La Palabra de Dios es eterna y fue establecida antes de la creación (Isaías 40:12-31).
DEL NUEVO TESTAMENTO
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Dios Hijo, Jesucristo, también existía antes de la creación y participó activamente en la creación del universo. Juan escribió: “En el principio ya existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. Él estaba en el principio con Dios. Todas las cosas fueron hechas por medio de Él, y sin Él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho” (Juan 1:1-3).
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Jesús compartió el amor y la gloria de Dios con Su Padre antes de que el mundo comenzara (Juan 17:5, 24).
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Pablo afirma que Jesús es el Creador de todo: “Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Porque en Él fueron creadas todas las cosas, tanto en los cielos como en la tierra, visibles e invisibles; ya sean tronos o dominios o poderes o autoridades; todo ha sido creado por medio de Él y para Él. Y Él es antes de todas las cosas, y en Él todas las cosas permanecen” (Colosenses 1:15-17).
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Dios eligió a Jesús como nuestro rescate antes de la creación (1 Pedro 1:19-20).
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Jesús fue el Cordero de Dios inmolado antes de la fundación del mundo (Apocalipsis 13:8).
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Dios prometió la vida eterna en la eternidad pasada (Tito 1:2).
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Dios eligió salvar a las personas y hacerlas santas (Efesios 1:4), y el Libro de la Vida fue escrito por Dios antes de la creación (Apocalipsis 13:8, 17:8).
IMPLICACIONES PARA HOY
Es fascinante pensar en lo que Dios hacía antes de la creación del mundo. ¿Por qué creó Dios el universo? ¿Cuál era su plan para la creación? ¿Cuál es nuestro propósito? La buena noticia para nosotros es que Dios revela las respuestas a estas preguntas y a otras más en Su ordenamiento escrito, la Biblia. La Biblia comunica la intencionalidad de Dios al planear de antemano el curso de los acontecimientos que tendrían lugar en el mundo que Él creó. Su plan era completo de principio a fin, y nada de lo que ocurre hoy Le coge por sorpresa. Él gobierna y reina soberanamente sobre el mundo, y todo lo que quiere siempre se cumple. Dios sabía de antemano que los seres humanos que creó para que tuvieran comunión con Él elegirían finalmente pecar y rebelarse contra Él. Los efectos de nuestro pecado y rebelión se sienten hoy en día a través de la muerte, la enfermedad, la inmoralidad, la anarquía, el egoísmo y la destrucción. Sin embargo, Dios, en Su amor por el mundo, envió a Su único Hijo, Jesucristo, en una misión de rescate para salvar a la gente del mundo del pecado (Juan 3:16). Desde la eternidad pasada, Jesucristo fue elegido para ser el Salvador del mundo. Murió en la cruz por nuestros pecados y resucitó de entre los muertos para destruir el poder del pecado y de la muerte (1 Corintios 15:3-4). Estas son las buenas nuevas del Evangelio de Jesucristo. Cualquiera que crea en Jesús, recibiéndolo como su Salvador del pecado, es perdonado de todo pecado, se le da vida eterna y nace de nuevo como hijo de Dios (Juan 1:12, 3:16; Hechos 13:38-39). Como cristianos, podemos consolarnos sabiendo que Dios ha estado y siempre estará en control del universo. También podemos consolarnos sabiendo que Él nos creó con un propósito: Conocerlo, darlo a conocer a los demás y glorificarlo en todo lo que hagamos (1 Corintios 10:31).
COMPRENDE
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Dios, como Padre, Hijo y Espíritu Santo, existió eternamente en perfecta comunidad.
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Jesús estuvo involucrado en la creación del universo, mostrando que Él existió eternamente.
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El plan de salvación para redimir a la humanidad fue creado antes de la creación del mundo y de la humanidad.
REFLEXIONA
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¿Cómo influye en tu visión de ese plan el hecho de saber que Dios tenía un plan para la creación y la salvación antes de que el mundo comenzara?
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¿Cómo puedes vivir intencionalmente, sabiendo que Dios tiene el control y que es soberano sobre todas las cosas?
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¿Cómo influyen en tu vida el amor eterno y la comunidad de la Trinidad?
PONLO EN PRÁCTICA
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¿Cómo desafía la existencia eterna de Dios nuestra comprensión del tiempo y la creación?
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¿Qué implicaciones tiene para nuestra forma de entender la salvación el hecho de que Jesús fuera elegido para redimir a la humanidad antes de la creación?
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¿De qué manera las enseñanzas bíblicas sobre la soberanía y la intencionalidad de Dios en la creación conforman nuestra manera de ver el desarrollo de los acontecimientos del mundo?
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