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¿Qué quiso decir Pablo cuando escribió 'vivir es Cristo' (Filipenses 1:21)?

Este versículo, leído en su totalidad, resume la visión que Pablo tenía de la vida y de la muerte. "Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia" (Filipenses 1:21). Pablo declara que el enfoque, la razón, de todo lo que hace mientras está vivo en la tierra es glorificar a Jesús y darlo a conocer. Además, dice que espera estar con Jesús en el cielo después de morir, que es una ganancia.

"Vivir es Cristo" es lo que claramente define a Pablo, y lo que debería definir a todos los cristianos. Por supuesto que esperamos el cielo con alegría, pero nuestras vidas en la tierra también están envueltas en Cristo. Pablo proclamó de Jesús y Su gracia salvadora desde el momento que lo conoció hasta que fue martirizado por su fe. Habló de Jesús en las sinagogas, en las orillas de los ríos, en la cárcel, antes y después de naufragar, y a los discípulos, a los transeúntes, a los gobernantes, a los emperadores, a los marineros, a los viajeros, a los filósofos, a los sacerdotes, a los judíos, a los gentiles, a las mujeres, a los hombres y a los carceleros. Decidió intencionalmente no dedicarse a otra cosa. "Pues me propuse no saber nada entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a este crucificado" (1 Corintios 2:2).

La vida de Pablo estaba unida a Jesús—imitándolo, predicándolo, obedeciéndolo y haciendo discípulos suyos. Vivió una vida que honraba a Jesús de tal manera que pudo instruir a otros para que siguieran su ejemplo: "Sed imitadores de mí, así como yo lo soy de Cristo" (1 Corintios 11:1). Siguió a Cristo de tal manera que pudo decir a otros que lo siguieran. ¿Podrás hacerlo tú?

El conocer tan bien a Cristo, el seguirlo de forma tan cercana, significa que Pablo estudió la vida de Jesús, y pasó tiempo en oración y en las Escrituras para conocerlo más, y también pasó tiempo con otros que seguían a Jesús. Pablo escribe que su búsqueda para parecerse a Cristo era única: "Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe; a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte, si en alguna manera llegase a la resurrección de entre los muertos" (Filipenses 3:8-11).

Es difícil vivir una vida tan única. Pablo compara esta forma de vida con una larga carrera. Cuando los corredores se preparan para una carrera larga, no añaden cosas a su peso, sino que las quitan. "Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios" (Hebreos 12:1-2).

Nuestras vidas las vivimos para Cristo, por Su poder, y permaneciendo en Él (Juan 15). Ganaremos cuando estemos con Él después de la muerte, pero también experimentamos una gran ganancia en nuestras vidas. Vivimos en Su amor, Su gracia, Su consuelo, Su provisión y Su poder (Juan 10:10; 2 Pedro 1:3; Efesios 1:3-14). Pasamos por muchas dificultades, pero sabemos que Él ha vencido (Juan 16:33). Jesús nos da el privilegio de participar en Su obra. Que podamos ser buenos y fieles mayordomos para que un día escuchemos a nuestro Maestro decir: "Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor" (Mateo 25:21). Que, junto con Pablo, podamos afirmar que "vivir es Cristo" (Filipenses 1:21).

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