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¿Cómo puedo ser pastor?
Antes de buscar el oficio de pastor, asegúrate de estar calificado bíblica y espiritualmente, y pasa tiempo en oración, buscando el consejo y la revelación de Dios. Cuéntale a otros, como por ejemplo a tu pastor actual, sobre tu deseo, e invítalos a que te acompañen en este proceso. Santiago escribió: "Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condenación" (Santiago 3:1). Por otra parte, Pablo escribió: "Palabra fiel: Si alguno anhela obispado, buena obra desea" (1 Timoteo 3:1). Si tienes un profundo deseo de ser un líder del pueblo de Dios y un maestro de Su Palabra, realmente aspiras a una tarea noble.
En su primera carta a Timoteo, Pablo describe una serie de requisitos muy específicos para pastores y ancianos ("sobreveedores"), diciendo: "Palabra fiel: Si alguno anhela obispado, buena obra desea. Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar; no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no avaro; que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad (pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?); no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. También es necesario que tenga buen testimonio de los de afuera, para que no caiga en descrédito y en lazo del diablo" (1 Timoteo 3:1-7). En Tito 1:5-9 se presenta una lista similar de requisitos. Pedro también da instrucciones a los pastores: "Ruego a los ancianos que están entre vosotros, yo anciano también con ellos, y testigo de los padecimientos de Cristo, que soy también participante de la gloria que será revelada: Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey. Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria" (1 Pedro 5:1-4). El papel de pastor o anciano es una responsabilidad de mucho peso que debe llevarse a cabo con sumisión al Señor y con amor genuino por Su verdad y Su pueblo. Es una función de siervo que tiene como fin la edificación de la iglesia (Efesios 4:11-16).
El primer paso para convertirse en pastor es que tu corazón esté de acuerdo con estas cualidades y motivaciones bíblicas para los pastores. También es importante confirmar que esta es la dirección en la que Dios te está guiando. Búscalo en oración. Pregúntale a otros que te conocen bien si la función de pastor se ajusta bien a tus dones espirituales y naturales. Considera las formas en que ya estás haciendo ministerio y cómo se relacionan con el papel de pastor.
Deberías estar conectado a una buena iglesia de enseñanza bíblica que ponga énfasis en la Palabra de Dios como fundamento de sus enseñanzas. Un pastor es un maestro, y para ser un buen maestro, primero necesitas ser un buen estudiante. No hay sustituto para la Palabra de Dios (Hebreos 4:12), y cualquiera que desee ser pastor debe tener un profundo amor por las Escrituras y sus verdades. Una iglesia bíblicamente sana que pone énfasis en la enseñanza de Su Palabra brindará una gran base para que aprendas y crezcas espiritual y teológicamente.
No puedes ser un maestro de la Palabra de Dios si no eres un estudiante de la misma. Debes estar preparado en todo momento para hablar de la Palabra de Dios, listo para enseñar, predicar y defender la fe. Segunda de Timoteo 4:2-4 dice: "que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas".
Familiarízate íntimamente con todas las Escrituras: el Antiguo y el Nuevo Testamento. Segunda de Timoteo 3:16-17 nos dice: "Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra". El que aspira a ser pastor debe reverenciar la Palabra de Dios, convirtiéndose en un estudiante de las Escrituras de por vida para poder enseñarlas con precisión. Aprende la Palabra de Dios y ámala. Esto no sólo te ayudará a conocer a Dios y a seguirlo, sino que te preparará para enseñar la Palabra de Dios con precisión, pasión y fidelidad, recordando siempre las palabras de Santiago en Santiago 3:1.
Participa activamente en el ministerio de tu iglesia local, independientemente de cualquier cargo oficial. Todos los creyentes deben contribuir a su iglesia local. Si quieres llegar a ser pastor, es especialmente importante entender cómo funciona la iglesia local y amar y servir activamente a la gente de la iglesia local. Los pastores desempeñan el papel de pastor terrenal, por lo que necesitan conocer a la gente y entender cómo pastorearla con cuidado. Participar en oportunidades ministeriales en la iglesia local es muy importante. También te permitirá apreciar mejor el tiempo, el esfuerzo y el sacrificio que hacen los líderes laicos en la iglesia y, por lo tanto, te capacitará mejor para dirigirlos y servirlos bien. La experiencia en el ministerio también puede darte la oportunidad de ejercitar tus dones y que Dios los perfeccione. También, puede darte la oportunidad de ser mentoreado por otros pastores y líderes. Y, por supuesto, en la práctica beneficiará a la gente de tu iglesia actual. Descubre lo que Dios ha puesto frente a ti en el presente antes de preocuparte demasiado por lo que Él tiene reservado para el futuro.
La educación formal también es importante para la mayoría de los pastores. Hay países en todo el mundo donde no hay oportunidades para la formación educativa formal. En esos lugares, el pastor normalmente es el más maduro de los cristianos, y su formación proviene de la experiencia y de la revelación de Dios a través del Espíritu Santo. También pueden acceder a recursos educativos en línea o a través de diversas organizaciones misioneras. Si vives en un país sin seminarios formales, aprovecha todas las oportunidades educativas que puedas. En los Estados Unidos y otros países, hay muchas oportunidades de educación superior relacionadas específicamente con la función de pastor. Si estás llamado a ser pastor, te convendría cursar una licenciatura en estudios bíblicos o cristianos y obtener un título de posgrado en un seminario bíblicamente sólido. Muchas iglesias exigen que los pastores tengan un título de seminario. Los seminarios por lo general proveen mucha ayuda práctica para prepararse como pastor, incluyendo el estudio de la Biblia, el estudio de la correcta interpretación de la Biblia, el estudio de temas teológicos, el estudio de la homilética (cómo dar un sermón), el estudio de la consejería pastoral y el estudio de otros temas prácticos relacionados con la dirección de una iglesia u otro ministerio cristiano. Además, los profesores y otros estudiantes que conozcas en el seminario pueden ser una excelente comunidad de apoyo cuando estés sirviendo como pastor local.
Como se dijo anteriormente, si eres llamado al ministerio pastoral, debes cumplir con los requisitos que se describen en 1 Timoteo 3:1-7 y Tito 1:5-9. Los pastores deben ser espiritualmente maduros, con dominio propio y desinteresados. Su carácter tiene que estar definido por el fruto del Espíritu como se describe en Gálatas 5:22-23. Al examinar estas cualificaciones y características, recuerda que una vez estuviste separado de Dios como el resto de la humanidad (Efesios 2:1-10). Si crees que estás siendo llamado al ministerio pastoral, no mires tu pasado ni te consideres incompetente. Los requisitos para sobreveedores son requisitos presentes. Si tu comportamiento y estilo de vida actual no están de acuerdo con estas calificaciones, entonces no estás listo para ser pastor. Eso no significa que nunca estará listo; toma medidas para participar intencionalmente en la obra de santificación de Dios en tu corazón (Filipenses 2:12-13). Reúnete con tu pastor actual y pídele que te sirva de mentor y que te ayude a rendir cuentas. Recuerda, también, que los pastores se someten continuamente a la poda y la santificación al igual que los demás creyentes. Cada pastor debe examinar periódicamente su corazón y someterse a la obra del Espíritu Santo en su vida. También debe estar rodeado de otras personas que oren por él y le ayuden a rendir cuentas. Los pastores no son perfectos ni deben servir aisladamente. Sin embargo, se les exige un alto nivel y deben seguir diligentemente al Señor. Esto requerirá humildad, determinación, audacia y comunidad.
Si estás interesado en ser pastor, lleva tu deseo ante el Señor en oración. Sigue desarrollando tu conocimiento y amor por las Escrituras. Continúa amando y sirviendo bien a los demás en tu iglesia local. También, habla con tu pastor actual. Es probable que él pueda caminar a tu lado y ayudarte a dirigirte mientras te lanzas al rol de pastor.
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