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¿Qué tipo de influencia debería tener la Biblia en la sociedad?
Hebreos 4:12-13 dice: "Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta". Isaías 55:10-11 habla también de la eficacia de la Palabra de Dios. Es evidente que la Palabra de Dios es poderosa. Como tal, es lógico que influya en nuestras sociedades. Pero, ¿hasta qué punto?
Uno de los problemas a la hora de determinar hasta qué punto la Biblia debería influir en la sociedad es establecer qué se entiende exactamente por "influencia" y por "sociedad". Israel en el Antiguo Testamento era una teocracia. Ahora bien, en ninguna parte Dios les dice a los cristianos que traten de establecer una forma de gobierno similar. De hecho, a los cristianos se les dice que se sometan a las autoridades bajo las que se encuentran (Romanos 13:1-7). A la vez, esto no significa que no debamos intentar influir en nuestros gobiernos para que gobiernen de acuerdo con la verdad de la Palabra de Dios. Por otra parte, la influencia en una sociedad va mucho más allá de la estructura gubernamental. La Biblia debe influir en el modo de vida de los cristianos y, como tal, debe influir en las sociedades en las que vivimos. Cuantas más personas en nuestras sociedades conozcan a Cristo y vivan vidas de acuerdo con la Palabra de Dios, más influencia tendrá la Biblia en las sociedades.
Históricamente, podemos ver cómo la Biblia ha influido en las sociedades. Incluso en el primer siglo vemos el impacto que el evangelio tuvo en una sociedad. Hechos 17 habla de Pablo y Silas en Tesalónica. Algunos de los judíos, otros griegos devotos y algunas de las mujeres lideres de la ciudad creyeron en el evangelio. Otros estaban celosos, formaron una turba y atacaron la casa de Jasón, donde Pablo y Silas se alojaban, para tratar de sacar a Pablo y Silas. Pero al no encontrar a Pablo y Silas, los celosos "...trajeron a Jasón y a algunos hermanos ante las autoridades de la ciudad, gritando: Estos que trastornan el mundo entero también han venido acá" (Hechos 17:6).
Los cristianos son la sal y la luz del mundo (Mateo 5:13-16). Sabemos que la Biblia es la verdadera Palabra de Dios y procuramos ajustar nuestras vidas a lo que dice. También tenemos al Espíritu Santo que mora en nosotros y nos transforma para que seamos más como Dios (2 Corintios 3:18). Mientras crecemos en nuestro caminar con Cristo, damos fruto (Gálatas 5:16-26). Este fruto tiene un impacto en los que nos rodean. Así como la Biblia influye en nosotros, también influye en la sociedad.
Los cristianos también están llamados a compartir la verdad de la Palabra de Dios con los demás (Lucas 10:2; Mateo 28:18-20; 1 Pedro 3:15-17). La gente necesita conocer a Jesús como su Salvador más que vivir en sociedades regidas por las leyes morales de Dios.
Para los cristianos que viven en naciones donde pueden contribuir al proceso de elección de líderes y al establecimiento de leyes, la Biblia debería influir en su voto. Por ejemplo, sabemos por la Biblia que toda la humanidad ha sido creada a imagen de Dios (Génesis 1:27), por lo que tiene sentido que los cristianos busquen legislaciones que valoren la vida humana. En todos los ámbitos en los que los cristianos tienen la oportunidad de influir en la sociedad, esa influencia debe estar dirigida por las verdades de la Biblia.
El Salmo 33:12-22 dice lo siguiente: "Bienaventurada la nación cuyo Dios es el Señor, el pueblo que él escogió como heredad para sí. Desde los cielos miró el Señor; vio a todos los hijos de los hombres; desde el lugar de su morada miró sobre todos los moradores de la tierra. Él formó el corazón de todos ellos; atento está a todas sus obras. El rey no se salva por la multitud del ejército, ni escapa el valiente por la mucha fuerza. Vano para salvarse es el caballo; la grandeza de su fuerza a nadie podrá librar. He aquí el ojo del Señor sobre los que le temen, sobre los que esperan en su misericordia, para librar sus almas de la muerte, y para darles vida en tiempo de hambre. Nuestra alma espera al Señor; nuestra ayuda y nuestro escudo es él. Por tanto, en él se alegrará nuestro corazón, porque en su santo nombre hemos confiado. Sea tu misericordia, oh Señor, sobre nosotros, según esperamos en ti".
Seguir a Dios es lo mejor para cualquier sociedad.
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