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¿Es la evolución teísta bíblica? ¿Qué es la evolución teísta?
La evolución teísta es un intento de acomodar tanto la existencia de un Creador-Dios que hizo el universo como la interpretación de la evidencia científica que afirma que el universo tiene billones de años. Afirma que Dios usó la evolución en Su proceso de creación, el marco básico de la evolución es verdadero, y los primeros dos capítulos del Génesis (la descripción de la creación) son alegóricos.
Hay dos escuelas básicas de evolución teísta. La visión minimalista difiere de la evolución atea solo en un punto: el comienzo de la creación. Enseña que Dios primero determinó y estableció las leyes físicas del universo con la idea de eventualmente desarrollar la vida humana. Luego inició el Big Bang (o cualquier fenómeno que marcara el primer momento de nuestro cosmos). Después de ese punto, cuando se trató del desarrollo y cuidado de la vida en la Tierra, Dios dio un paso atrás y dejó que Sus leyes dictaminaran lo que sucedería. Aproximadamente la mitad de todos los católicos, ortodoxos y protestantes tradicionales sostienen este punto de vista, al igual que la mayoría de los budistas, hindúes y judíos.
El creacionismo evolutivo es menos minimalista. Dice que Dios usó la evolución, pero aún así permaneció algo involucrado, ocasionalmente impulsando al universo en la dirección que debería ir. En particular, a medida que las especies se extinguieron, Dios espontáneamente creó nuevas especies para tomar su lugar. Esta teoría es sostenida por cristianos más conservadores que desean mantener a Dios involucrado.
Debido a que la línea de tiempo evolutiva de la Tierra entra en conflicto tan a fondo con el relato de la creación del Génesis, los evolucionistas teístas reinterpretan los dos primeros capítulos del Génesis. Algunos usan la teoría del "día/edad" que establece que cada "día" de la creación en realidad significa una duración de tiempo no especificada: una edad. Otros usan la teoría del marco, que es similar pero identifica la primera edad con la cuarta, la segunda con la quinta y la tercera con la sexta.
La evolución teísta es valorada por dos grupos de personas en particular. El primero son los creyentes que desean ser capaces de interactuar inteligentemente con la comunidad científica secular. Tal vez como una reacción exagerada a la historia de la iglesia de condenar cualquier ciencia que parezca contradecir la Biblia u otras enseñanzas de la iglesia, muchos teólogos acuden a la evolución teísta en un intento de mostrar su apoyo a la ciencia. Al hacerlo, esperan relacionarse con los evolucionistas ateos y mostrar cómo la ciencia y Dios pueden coexistir. La evolución teísta también es adoptada por cristianos más jóvenes que se enfrentan con la evidencia aparentemente insuperable de la evolución. No deseando abandonar su fe, cambian su visión de cómo ocurrió la creación.
El segundo grupo que acoge la evolución teísta son los científicos que se vuelven cristianos. El creacionismo de la tierra joven no es de ninguna manera aceptado o respetado dentro de la comunidad científica, e incluso si un científico pudiera aceptar una tierra joven después de una vida de creer en la evolución, la profesión del científico no lo permitiría. Muchos científicos cristianos ven la evolución teísta como una forma de combinar su nuevo amor hacia Dios con su creencia establecida en la evolución.
A pesar de lo creativas que pueden ser las teorías de la evolución teísta, no hay forma de relacionarlas con el relato de la creación de Génesis 1 -2 sin torcerlas y deformarlas a tal nivel como para hacer que el texto sea irreconocible. No importa cómo los eruditos intenten insistir de otro modo, el "día" usado en Génesis 1 significa "un día literal". No significa edad o época o cualquier otro tipo de cantidad de tiempo no especificada. Dios creó el mundo en seis días. El Diluvio de Noé explica la mayor parte del registro fósil. Gran parte del resto aún no lo sabemos.
Una de las suposiciones más apreciadas (aunque menos publicitadas) en el mundo científico es la del falibilismo. El falibilismo dice que, dado que los humanos tenemos intelectos limitados, no podemos saber la verdad completa. Cualquier teoría científica podría probarse errónea en cualquier momento. En respuesta, los científicos no trabajan con "verdad", sino con modelos, aproximaciones que parecen expresar la verdad sobre una situación tan bien como podemos determinar en este momento. En el caso del desarrollo del universo, ningún humano ahora vivo estaba allí para ver lo que realmente sucedió. Como resultado, tenemos nuestra elección de dos modelos: lo que el Creador (quién estaba allí) dice en la Biblia, o lo que el intelecto humano limitado ha inferido de la evidencia hasta el momento. Ambos modelos parecen explicar la evidencia física, pero solo uno es el testimonio del testigo presencial de Aquel que hizo el trabajo. Lo que uno cree acerca de la creación, la evolución o la evolución teísta no es un problema de salvación; no determinará nuestra salvación. Pero indicará lo que valoramos más: la Palabra del Creador o las interpretaciones del hombre.
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