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¿Qué dice la Biblia sobre la esperanza del cristiano?
La palabra esperanza significa "un sentimiento de expectativa y deseo que suceda algo" y es una de las emociones humanas más preciadas. Cuando tenemos esperanza, y esa esperanza se aplaza, nos duele el corazón, pero cuando vemos que nuestra esperanza se cumple, dice la Biblia, es "un árbol de vida" (Proverbios 13:12). El sentimiento de esperanza es fundamental para toda buena historia: queremos un final feliz, e incluso en las peores circunstancias, nuestro deseo de ver ese final es lo que nos mantiene leyendo. Lo mismo ocurre con la vida. Una persona que tiene esperanza puede superar circunstancias terribles si se concentra en el resultado deseado. Pero cuando la esperanza se va, el dolor es completo (1 Tesalonicenses 4:13).
Dante, escritor de la Divina Comedia, imaginó un cartel sobre las puertas del infierno que decía "Abandonad La Esperanza Todos Los Que Entréis Aquí". Esta representación ficticia del infierno da espantosamente cerca del blanco. El infierno es un lugar donde no hay esperanza de algo mejor. Ya no hay salvación posible, no hay nada que esperar. Mientras vivimos, el regalo gratuito de la salvación de Dios todavía se nos ofrece en Jesucristo (Juan 3: 16–18). Pero una vez que morimos, ese regalo ya no está disponible y la esperanza desaparece (Mateo 25: 1-13). La esperanza del cristiano, por otro lado, es eterna. "¡Alabado sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo! Por su gran misericordia, nos ha hecho nacer de nuevo mediante la resurrección de Jesucristo, para que tengamos una esperanza viva y recibamos una herencia indestructible, incontaminada e inmarchitable. Tal herencia está reservada en el cielo para ustedes, a quienes el poder de Dios protege mediante la fe hasta que llegue la salvación que se ha de revelar en los últimos tiempos." (1 Pedro 1: 3-5).
La esperanza del cristiano se basa en el carácter de Dios. Cuando un cristiano lee la Biblia, puede escuchar a Dios hablándole; son como ovejas que escuchan y reconocen la voz de su Pastor (Juan 10:27). Y lo que leemos en la Biblia nos da esperanza. Confiamos en Él porque sabemos quién es. Le creemos cuando dice que Jesús ha recibido el castigo por nuestros pecados y que ahora estamos a salvo (Efesios 2: 8–9). Escuchamos Su voz diciendo que Él ha prometido llevarnos a vivir con Él después de nuestra muerte. Esta es la esperanza del cristiano, una "esperanza viva" que espera un final feliz y glorioso para la historia.
La fuerza de un cristiano y su capacidad para resistir el mal en el mundo, las tentaciones del diablo y los desafíos de vivir en el cuerpo, fluyen de esta esperanza. Es una esperanza sólida, porque depende de la bondad y la fuerza de nuestro Pastor. Como dijo Jesús: "Mis ovejas oyen mi voz; yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy vida eterna, y nunca perecerán, ni nadie podrá arrebatármelas de la mano." (Juan 10: 27– 28).
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