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¿Por qué permite Dios las catástrofes naturales?
Si Dios tiene realmente el control, debe ser capaz de controlar los fenómenos meteorológicos y los desastres naturales. Ahora bien, si Dios es verdaderamente bueno, ¿cómo pudo permitir que muriera tanta gente como resultado de algo que estaba bajo Su control?
Nunca sabremos todas las razones que hay detrás de un determinado desastre natural, aunque la biblia nos brinda una explicación. En primer lugar, los desastres naturales son "naturales" en el sentido de que son el resultado de las leyes naturales de nuestro mundo. El Dios que creó los cielos y la tierra (Génesis 1:1) diseñó las leyes de la naturaleza, y esas leyes periódicamente provocan terremotos, huracanes o tsunamis.
Pero, ¿no puede Dios evitar que se produzcan catástrofes naturales en determinados momentos y lugares? Por supuesto que puede y posiblemente en ocasiones lo hace. Santiago 5:17-18 dice: "Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses. Y otra vez oró, y el cielo dio lluvia, y la tierra produjo su fruto". ¿Cuántas tormentas y desastres naturales se han evitado gracias a las oraciones de personas piadosas? Sólo Dios lo sabe.
La biblia también revela que Jesús mantiene unida toda la naturaleza (Colosenses 1:16-17). Jesús ejerció Su poder sobre las fuerzas de la naturaleza mientras estuvo en la tierra. En Marcos 4:35-41, Jesús calmó una tormenta en el mar. La respuesta de los discípulos fue: "¿Quién es este, que aun el viento y el mar le obedecen?". La naturaleza reconoce a su Hacedor.
Entonces, si Dios puede evitar los desastres naturales, ¿por qué no lo hace? Puede haber un sinnúmero de razones. En algunos casos, Dios puede utilizar las fuerzas de la naturaleza para hacer que nos fijemos en Él y en la grandeza de Su poder (Marcos 4:35-41). Históricamente, Dios ha utilizado ciertos desastres naturales como un juicio por el pecado (Números 16:30-34). Otras catástrofes naturales pueden ocurrir porque Dios planea utilizarlas para lograr algo bueno (Romanos 8:28).
Hay que hacer una advertencia sobre nuestra evaluación humana de las catástrofes naturales: no debemos decir que sabemos con certeza por qué se ha producido una determinada catástrofe natural. Hablar de un determinado terremoto o tsunami como si fuera un juicio de Dios sobre un determinado pecado es pura especulación. Los cristianos están llamados a ayudar a los que sufren en situaciones difíciles, aprovechando la oportunidad para mostrar el amor de Cristo (Mateo 25:37-40).
Las catástrofes naturales son una parte trágica de la vida en la tierra, aunque no podemos entender el "por qué" se producen. Cuando no tenemos las respuestas, dependemos del poder de nuestro Padre celestial, sabiendo "que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados" (Romanos 8:28).
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