¿Por qué Dios permitió la poligamia en la Biblia?

A pesar de los muchos ejemplos de poligamia en la Biblia, nunca fue la intención de Dios para las personas. Él creó a Adán y Eva para que se unieran y que los dos llegaran a ser uno (Génesis 2:24). También les dio la misión conjunta de gobernar y llenar la tierra (Génesis 1:28). Una vez que el pecado entró en el mundo, esa misión y la forma en que podía cumplirse fue distorsionada. La gente comenzó a valorar menos los dones de Dios. Uno de esos dones era una relación matrimonial comprometida entre un hombre y una mujer que se dedicaban entre sí y con Dios.

Otras preocupaciones comenzaron a tomar prioridad. El suelo, antes fértil, estaba cubierto de malezas, lo que llevó a las familias a valorar a los niños que podían trabajar en los campos. El asesinato de Abel por parte de Caín estableció la precedencia del egoísmo y la violencia en lugar de la dedicación al llamado de Dios. Las mujeres perdieron su posición como herederas conjuntas de la bendición de Dios y, en cambio, sirvieron para atestiguar la ambición del hombre (Génesis 4: 23-24) y proporcionar hijos para promoverla.

Varios siglos después, la sociedad se había degradado aún más. Muchas culturas enseñaron que los hombres debían gobernar la creación de Dios. Las mujeres se volvieron casi superfluas, excepto como un medio para hacer bebés. Se pensaba que una mujer sola no tenía ninguna contribución a la sociedad. Ella no tenía protección contra la violencia ni ningún papel en la comunidad. Y, a menudo, la única forma en que podía valerse por sí misma era mediante la prostitución.

Los hombres, por otro lado, trabajaron hacia la misión de Dios de gobernar mediante la adquisición y retención de tierras y propiedades. En la sociedad patriarcal, esto se hizo a través de hijos que podían trabajar la tierra e hijas cuyos matrimonios podían cimentar alianzas políticas. En muchas culturas, no había ningún valor socio-político para las mujeres solteras y sin familia.

Esta no era la intención de Dios. Dios creó a las mujeres para, casadas o no, unirse con los hombres en la misión de someter y llenar la tierra. Solo después de que Eva fue creada, Dios miró sobre la creación y dijo que era "muy bueno" (Génesis 1:31). Pero Dios también le dio a la humanidad el libre albedrío para poder deformar su plan. No podría haber intervenido y corregido el punto de vista cultural sobre las mujeres sin retractarse de ese libre albedrío. Así que obró desde dentro de la cultura.

Por extraño que parezca, la poligamia en la Biblia protegía a las mujeres. Una segunda o tercera esposa sería mucho más cuidada que una mujer soltera. Tendría la oportunidad de tener hijos, especialmente hijos que serían responsables de ayudarla en su vejez. Ella tendría protección contra el abuso de extraños. Y ella tendría un hogar. Ella también podría tener la oportunidad de rescatar a una familia. Si la primera esposa era estéril, sus hijos podrían continuar con el apellido (1 Samuel 1: 2).

En raras ocasiones, la Biblia muestra cómo Dios incluso utilizó la poligamia como recompensa de protección para una mujer fiel. David se casó con Abigail después de que ella mostró una gran sabiduría frente a su marido necio, quien murió más tarde (1 Samuel 25). Se ha especulado que Rut era significativamente más joven que Booz porque la llamó "hija" (Rut 2: 2). Si es así, un terrateniente tan poderoso seguramente habría tenido otras esposas.

Aunque la Biblia sugiere que la protección de las mujeres es probablemente la razón principal por la que Dios permitió la poligamia, la mayoría de los matrimonios polígamos no fueron tan altruistas. Los matrimonios eran muy a menudo contratos entre familias. Salomón seguramente amaba a las mujeres (1 Reyes 11: 3), pero es seguro decir que la mayoría de sus esposas le fueron entregadas para ganar favor político. Y no fueron beneficiosas para el camino de Salomón con Dios o con Israel.

La Biblia nos dice que la poligamia no era el plan original de Dios. No es el ideal del matrimonio. El hecho de que se consideró necesario proteger a las mujeres y mantener las posesiones de los hombres es un ejemplo sobre la capacidad de la humanidad para torcer el plan de Dios. Dios no pretendía que las mujeres fueran inútiles y sin valor sin un hombre. Cuando la sociedad decidió que lo eran, Dios actuó para proteger a sus hijas.