Para entender la postura de la Biblia sobre ser pobre, es útil mirar primero lo que dice la Biblia sobre ser rico. La riqueza a menudo se considera negativa porque puede convertirse en un ídolo que actúa como una barrera entre las personas y Dios. Había un joven rico y justo que le preguntó a Jesús qué tenía que hacer para ir al cielo. El hombre declaró que obedecía todos los mandamientos de Dios; Jesús dijo que debería vender todas sus posesiones y seguirlo. Sin embargo, el joven estaba triste porque valoraba mucho su riqueza. En respuesta, Jesús dijo a sus discípulos: "¡Qué difícil es para los ricos entrar en el reino de Dios!" (Marcos 10:23). Esto no quiere decir que la riqueza sea mala; Dios bendijo grandemente a los israelitas con riquezas materiales a lo largo de la historia. Sin embargo, Dios no quiere que las riquezas sean más importantes para las personas que Él y sabe que las riquezas pueden llevar fácilmente a muchas personas al pecado.
En consecuencia, la Biblia dice: "Dichosos los pobres en espíritu, porque el reino de los cielos les pertenece." (Mateo 5: 3). La pobreza física actúa como una metáfora de la pobreza espiritual de nuestras almas sin Dios. Las personas que son pobres en cosas materiales pueden enriquecerse espiritualmente a través de una relación con Dios. Asimismo, las personas que son ricas materialmente pueden ser pobres espiritualmente. Jesús mismo vino al mundo pobre y nunca tuvo riquezas materiales (Mateo 8:20). Se humilló a sí mismo al convertirse en hombre para darnos acceso a la riqueza espiritual de la eternidad con Dios. 2 Corintios 8: 9 dice: "Ya conocen la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que, aunque era rico, por causa de ustedes se hizo pobre, para que mediante su pobreza ustedes llegaran a ser ricos."
La referencia bíblica de ser pobre no se refiere tanto a cuánto tenemos o no tenemos, sino a la importancia que damos a nuestras posesiones mundanas. Dios quiere que estemos dispuestos a renunciar a estas posesiones que son solo temporales y que, en cambio, nos enfoquemos en lo que es eterno. En las palabras de Jesús: "Pues donde tengan ustedes su tesoro, allí estará también su corazón." (Lucas 12:34).
Como cristianos, también se nos instruye en la Biblia a cuidar a los necesitados. Se nos dice que proveamos para sus necesidades físicas y que se les defienda porque no están en condiciones de defenderse por sí mismos (Proverbios 3: 27-28; 31: 8-9).
No obstante, la Biblia afirma que la pobreza puede ser negativa cuando es el resultado de malas decisiones. Las personas pueden caer en la pobreza si son perezosas (Proverbios 24: 33–34), si van tras búsquedas vanas (Proverbios 28:19) y toman malas decisiones mientras ignoran los sabios consejos (Proverbios 13:18). A lo largo de las Escrituras está claro que las personas deben trabajar duro y buscar sabiduría (Colosenses 3:23; Proverbios 13: 4; 4: 6–7). También está claro que ni la pobreza ni la riqueza son una indicación segura del favor o el desagrado de Dios.