¿Qué es una plomada en la Biblia?
Una plomada es una herramienta que usan los constructores y pintores para encontrar la verdadera posición vertical. Normalmente, una plomada es un peso de plomo puntiagudo que se cuelga de una cuerda y la gravedad hace que la cuerda cuelgue perfectamente recta. Así, el constructor puede asegurarse de que la estructura que está levantando está perfectamente recta y el pintor puede utilizarla como línea de referencia. Desde entonces, la plomada ha sido sustituida por niveles más modernos, pero sigue siendo una herramienta eficaz. En la Biblia, varias veces Dios hace referencia a la plomada. En Isaías 28:16-17 Dios dice: "¡Miren! Pongo una piedra de cimiento en Jerusalén, una piedra...Los probaré con la cuerda de medir de la justicia y con la plomada de la rectitud (NTV)". Dios dice que la justicia y la rectitud son la norma por la que se medirá a Su pueblo. De hecho, cuando Dios envió a Amós para advertir a Israel sobre el juicio inminente debido a su corrupción, dijo: "He aquí, yo pongo plomada de albañil en medio de mi pueblo Israel" (Amós 7:8). Esta plomada simbólica es la norma de justicia y rectitud con la que el pueblo de Dios debía alinearse.
Muchas veces, la Biblia se refiere al comportamiento humano como algo torcido o recto. Proverbios 21:8 dice: "El camino del hombre perverso es torcido y extraño; mas los hechos del limpio son rectos". Una plomada pondría al descubierto todo lo que está torcido. El Salmo 119:9 pregunta: "¿Con qué limpiará el joven su camino?" y luego responde: "Con guardar tu palabra". La Palabra de Dios es la única norma verdadera que tenemos para evaluar nuestras acciones. De hecho, dos versículos más adelante el salmista dice: "En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti" (Salmo 119:11). La Palabra de Dios revela las normas de Dios. Como Pablo explicó a Timoteo: "Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra" (2 Timoteo 3:16-17). La Palabra de Dios revela la plomada con la que seremos medidos.
Dios llama a Su pueblo a ser "santos, porque yo soy santo" (Levítico 11:44, 45) y, sin embargo, "todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios" (Romanos 3:23). Aunque confiamos en que el Espíritu Santo use la Palabra de Dios para obrar en nuestros corazones y para que esa obra se manifieste en nuestras acciones, podemos estar seguros de que en todas partes donde nuestras vidas no se alineen con la plomada de Dios podemos ser "justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús" (Romanos 3:24). La plomada de las normas de Dios nos señala nuestra necesidad de Cristo y de Su obra santificadora en nuestras vidas.
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