Los pactos son una característica importante de la enseñanza bíblica. Las Escrituras revelan siete pactos específicos. Estos siete pactos se dividen en tres categorías: condicionales, incondicionales y generales.
Los pactos condicionales se basan en ciertas obligaciones y requisitos previos; si no se cumplen los requisitos, se rompe el pacto.
Los pactos incondicionales se hacen sin condiciones y se cumplirán independientemente de la fidelidad o infidelidad de una de las partes.
Los pactos generales no son específicos de un grupo de personas y pueden implicar a un amplio abanico de individuos.
El pacto condicional mencionado en las Escrituras es el Pacto Mosaico; las bendiciones que otorga están supeditadas a la adhesión de Israel a la Ley. Los pactos incondicionales mencionados en la Biblia son los pactos abrahámico, palestino y davídico; Dios promete cumplirlos independientemente de otros factores. Los pactos generales mencionados son el adámico, el noéico y el Nuevo Pacto, que tienen un alcance global.
Aunque no todos los estudiosos de la Biblia están de acuerdo en todos los detalles relativos a estos pactos bíblicos, está claro que Dios ha hecho ciertas promesas. Algunas de Sus promesas son para todos los pueblos, y otras se limitan a Israel. Todas las promesas de Dios se basan en quién es Él y en Su plan para el mundo.
Bajo el Nuevo Pacto, que Jesús selló con Su propia sangre, a todos se les ofrece la salvación por gracia mediante la fe.
«Y sucederá que todo el que invoque el nombre del Señor Será salvo» (Hechos 2:21).
La revelación de Dios a través de los pactos en la Biblia sirve de marco para comprender el carácter de Dios y Su plan redentor para la humanidad. Cada pacto —ya sea con Adán, Noé, Abraham, Moisés o David— se basa en el anterior, revelando progresivamente el compromiso de Dios con Sus promesas. Demuestran Su fidelidad, justicia y misericordia, y que los tratos de Dios con la humanidad están arraigados en Su naturaleza inmutable. El Nuevo Pacto, establecido mediante el sacrificio de Jesucristo, da cumplimiento a las otras alianzas e invita a todas las personas a una relación con Él mediante la fe (Hechos 2:21).