Ni la palabra ni el concepto moderno de «raza» aparecen en la Biblia. Solo existe una raza: la raza humana. El tono de la piel y otras supuestas características raciales son meras combinaciones de factores genéticos innatos, creados originalmente por Dios en Adán y Eva. Estos permiten el desarrollo de diferentes características familiares, ya que a la humanidad se le ordenó multiplicarse y llenar la tierra (Génesis 1:28; 9:1).
La ciencia moderna considera que la raza es una construcción social: una identidad que se asigna en función de normas establecidas por la sociedad. La raza no tiene un significado físico o biológico inherente. La Unión Europea rechaza las teorías que intentan determinar la existencia de razas humanas separadas. En sus documentos, la UE utiliza los términos origen racial y origen étnico como sinónimos. Estados Unidos, a nivel federal, reconoce cinco categorías raciales, así como numerosos grupos étnicos.
Los límites entre estos grupos raciales y étnicos son cada vez más difusos debido al creciente número de personas con ascendencia mixta. Se trata de un proceso más rápido que en el pasado, pero la misma mezcla se ha producido durante toda la historia de la humanidad. Es poco probable que las distinciones de «razas» en una época determinada tengan sentido muchas generaciones después.
Al rellenar un formulario en el que se solicitan datos personales, debes recordar que la raza y la etnia son construcciones sociales y políticas. Por el contrario, debes darte cuenta de que todos hemos sido creados a imagen de Dios y necesitamos un Salvador. Dios te ha hecho único y te ha colocado en la cultura y época en la que lo hizo para que pudieras conocerlo mejor y darlo a conocer.