¿Qué dice la Biblia?
La opresión demoníaca, o más propiamente la demonización, tal como se describe en la Biblia, es un problema real y multifacético. Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento confirman la existencia y la actividad de los demonios, con casos que van desde la posesión severa hasta formas más sutiles de influencia. La demonización grave, como la del hombre con la legión de demonios, representa casos extremos en los que el individuo parece estar dominado por fuerzas demoníacas. Las formas menores, como la sutil influencia sobre Ananías y Safira, pueden ser menos manifiestas pero no por ello menos dañinas. A pesar de la realidad de la opresión demoníaca, las Escrituras enfatizan que Jesús tiene la máxima autoridad sobre los demonios, habiéndolos derrotado y desarmado su poder (Colosenses 2:15). Los cristianos tienen la seguridad de Su protección y autoridad en Cristo, que los capacita para mantenerse firmes contra las fuerzas demoníacas mediante la armadura espiritual y un enfoque centrado en Cristo (Efesios 6:11-12).