Si Dios no nos tienta, ¿por qué nos dijo Jesús que oráramos: “No nos dejes caer en la tentación”?

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En resumen:

Dios no nos tienta a pecar. Orar “no nos dejes caer en la tentación” es una súplica a Dios para que nos guíe y nos proteja de situaciones y circunstancias que pueden atraernos a acciones impías.

Del Antiguo Testamento

  • David elevó una oración similar en el Salmo 141:4: “No dejes que mi corazón se incline a nada malo, / Para practicar obras impías / Con los hombres que hacen iniquidad, / Y no me dejes comer de sus manjares”.

Del Nuevo Testamento

  • Jesús nos dice que oremos al Padre para que no nos deje caer en la tentación. Sin embargo, sabemos que Dios no nos tentará a pecar (Santiago 1:13) porque no está en Su naturaleza santa.
  • “Tentación” a veces también se refiere a pruebas o dificultades. Sabemos que Dios puede usar el sufrimiento en nuestras vidas para producir un carácter piadoso (Santiago 1:2-4; Romanos 5:3-5) y que aquellos que buscan vivir una vida piadosa encontrarán persecución (2 Timoteo 3:12). Aunque sabemos que tendremos problemas en este mundo (Juan 16:33), no está mal orar para que Dios los minimice.
  • Dios hace el camino de escape de nuestras tentaciones (1 Corintios 10:13). De este modo nos libra del mal.
  • El gran deseo y plan de Dios es hacernos santos como Él es santo (1 Pedro 1:16).
  • La Palabra de Dios nos dice repetidamente que busquemos la justicia (Mateo 6:33; Romanos 10:3) y que huyamos del pecado (Romanos 6:1-2; 1 Tesalonicenses 5:22; 1 Timoteo 6:11-12).

Implicaciones para hoy

¿Por qué tendríamos que pedirle a Dios que se abstenga de hacer algo que Él no haría? Nuestra oración a Dios para que “no nos deje caer en la tentación” es una súplica a Dios para que nos proteja, para que nos guíe ante situaciones y circunstancias que pueden atraernos a una acción impía. Podemos interpretarlo como si Jesús nos enseñara a orar para que Dios no permita que seamos tentados. Ciertamente, Dios nunca autorizará la tentación de pecar, pero sí la permite. Aunque sabemos que Dios es fiel para proporcionarnos una salida de la tentación si la aceptamos (1 Corintios 10:13), nuestra oración es a menudo para que Él nos mantenga alejados de ella. Hay ciertos lugares, personas y circunstancias que parecen ser peligrosos para nosotros, en términos de interrumpir nuestro deseo de honrar a Dios. Le pedimos a Dios que nos ayude a mantenernos despejados y a poner nuestros ojos en Él para no caer en la tentación de desviarnos. Necesitamos Su sabiduría y Su guía. Nuestra oración es que nos sometamos a la voluntad de Dios. Al ceder el control a Dios, le pedimos que nos mantenga protegidos (“líbranos del mal”) y nos dé la fortaleza que necesitamos si la tentación está permitida.

Comprende

  • Debemos pedir ayuda a Dios para enfrentar la tentación.
  • Dios siempre proveerá la salida de la tentación.
  • Dios no tienta a nadie y en cambio nos ayuda en tiempos de tentación.

Reflexiona

  • ¿Cómo puedes identificar las áreas de tu vida en las que podrías ser más vulnerable a la tentación? ¿Cómo te ayudaría pedirle a Dios que te proteja de esas situaciones?
  • Cuando te enfrentas a la tentación, ¿cómo has experimentado la fidelidad de Dios al ofrecerte una salida? ¿Cómo puedes confiar en Su guía en esos momentos?
  • ¿Cómo puedes adaptar tus oraciones diarias para pedir a Dios que te proteja de la tentación y, al mismo tiempo, estar abierto a los desafíos que Él puede permitirte para tu crecimiento?

Ponlo en práctica

  • ¿De qué manera el hecho de comprender que Dios no nos tienta, sino que permite la tentación para nuestro crecimiento, cambia la forma en que oras para que te libre del mal?
  • ¿Cuáles son algunas maneras prácticas de discernir cuándo estás siendo tentado? ¿Cómo puedes buscar activamente la guía de Dios en esos momentos?
  • ¿Cómo puedes animar a otros que están luchando con la tentación a confiar en la promesa de Dios de proporcionar una salida y a confiar en Su fuerza?