¿Cómo sé si estoy llamado a ser misionero?

Una de las últimas instrucciones de Jesús a sus discípulos fue: "Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado" (Mateo 28:19-20). También les dijo: "pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra" (Hechos 1:8). Como cristianos, todos estamos llamados a compartir el mensaje de Cristo con el mundo. Estas instrucciones son para todos los creyentes, independientemente de su edad, sexo, ubicación, profesión o habilidades. Ahora bien, hay algunas personas que son llamadas específicamente a ser misioneros a tiempo completo.

Para saber si Dios te ha llamado a ser un misionero a tiempo completo, primero debes estar en comunicación con Dios. Cuanto más te acerques a Dios mediante la oración, la adoración y la lectura de Su Palabra, mejor comprenderás Su voluntad. En oración, pregúntale a Dios si Su voluntad es que le sirvas como misionero, y escucha Su respuesta. Podría hacerlo a través de un aviso del Espíritu Santo, un versículo de las Escrituras o la afirmación de un amigo.

También necesitas evaluar tus dones espirituales y tus habilidades. Estos atributos pueden ayudarte a dirigirte hacia un lugar específico o un grupo de personas al que Dios quiere que sirvas. Estos atributos también te dirán en qué área del ministerio serás más efectivo. Aunque el objetivo final de los misioneros es predicar el Evangelio, con frecuencia las personas sólo están dispuestas a escuchar la Palabra de Dios cuando se han satisfecho sus necesidades básicas. Necesitamos médicos, ingenieros, maestros, etc. que puedan tender puentes hacia las personas perdidas y así abrir la puerta a la evangelización.

Además, es importante buscar el consejo y la sabiduría de otros creyentes. Ellos podrán ayudarte a ver cualquier punto ciego y asegurarse de que realmente estás alineado con la voluntad de Dios (Proverbios 15:22). A medida que comiences tu trabajo misionero, ellos serán tu red de apoyo en casa, ya sea que te apoyen financieramente o a través de la oración.

Finalmente, es muy importante que consideres el costo del estilo de vida misionero. Cuando Jesús les pidió a sus discípulos que lo siguieran, les pidió que dejaran todo atrás. Dijo: "Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar su cabeza" (Mateo 8:20). El estilo de vida misionero puede ser muy difícil. Puedes estar lejos de tus seres queridos y vivir en una cultura diferente a la tuya. Tal vez tengas que enfrentarte a la barrera del idioma o a la oposición al cristianismo. Algunos misioneros incluso pierden la vida mientras comparten el evangelio. Sin embargo, si Dios te ha llamado a ser misionero, puedes confiar en que Él te equipará para la obra. No importa dónde o a qué nos llame Dios, seguirle es siempre la mejor opción.