¿Qué significa 'invitar a Jesús a entrar en tu corazón'?

Muchos han enseñado que para ser salvo una persona debe "invitar a Jesús a entrar en su corazón". ¿Es esto cierto?

Realmente, la Biblia no utiliza la expresión "invita a Jesús a entrar en tu corazón". El pasaje que más se acerca a esto se encuentra en Apocalipsis 3:20 en el que dice: "He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo". El problema con usar este pasaje para enseñar que una persona debe invitar a Jesús a que entre en su corazón para salvarse, es que el contexto original de este versículo habla de un grupo de personas que ya son cristianas. A estos cristianos en la iglesia de Laodicea se les dijo que dejaran su tibio acercamiento a Jesús y que caminaran más cerca de Él.

Ciertamente los que les enseñan que deben invitar a Jesús a entrar en su corazón tienen buenas intenciones. Lo que por lo general se quiere decir con esta frase es que una persona necesita experimentar la salvación en Jesucristo. ¿Cómo sucede esto? La Biblia enseña que para ser salvos hay que creer que Jesús es el Señor que resucitó de entre los muertos (Romanos 10:9). Debemos creer en Jesús como el único Hijo de Dios para recibir la vida eterna (Juan 3:16).

Esta salvación es por gracia mediante la fe, no por obras, para que nadie pueda jactarse (Efesios 2:8-9). Como enseña Juan 1:12: "Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios". Nos convertimos en Sus hijos por la fe.

Aunque creer en Jesús es un mensaje sencillo, resulta difícil debido a nuestra pecaminosidad humana. La Biblia enseña que todos hemos pecado y estamos destituidos de la gloria de Dios (Romanos 3:23). Merecemos la muerte, sin embargo, la salvación en Cristo nos da la vida eterna (Romanos 6:23). Todos necesitamos oír, recibir y compartir este maravilloso don (Mateo 28:18-20).

Si bien la Biblia no enseña directamente que hay que invitar a Jesús a entrar en nuestro corazón, se refiere a la decisión más importante que una persona puede tomar: creer en Jesús como Señor. Nuestro deseo debe ser tanto aceptar este gran don de la vida eterna como comunicarlo correctamente a los demás. Cuando compartimos nuestra fe con otros, debemos hacer referencia a las claras enseñanzas de las Escrituras con respecto a cómo ser salvos para una mejor comunicación y no a una frase como "invita a Jesús a que entre en tu corazón", ya que puede comunicar mal el mensaje que queremos presentar.

La salvación no tiene que ver con invitar a Jesús a entrar en nuestro corazón, sino con entregarle nuestro corazón a Él. Él es nuestro Señor y a quien debemos servir. Él ya vino a la tierra, vivió, murió, resucitó y ascendió al cielo para mostrar Su amor por nosotros. Simplemente nos pide que creamos en Él para recibir la vida eterna (Juan 3:16; Hechos 4:12).