¿Cómo puedo controlar los impulsos pecaminosos?

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Del Antiguo Testamento

  • Dios escucha a los justos cuando claman a Él y promete librarlos de la angustia (Salmo 34:17).
  • Dios promete rescatar a Sus siervos y no condenará a los creyentes cuando se refugien en Él (Salmo 34:22).
  • Cuando sientas la carga de la tentación y los impulsos pecaminosos, puedes echar esa carga sobre Dios y Él te sostendrá (Salmo 55:22).
  • Como tu Padre, Dios tiene compasión y te ama. Te conoce con todo detalle y comprende tu fragilidad (Salmo 103:13-14).

Del Nuevo Testamento

  • Cuando conoces la verdad de Dios, encuentras la verdadera y completa libertad (Juan 8:32).
  • Ya no eres esclavo de tu naturaleza pecaminosa cuando aceptas a Cristo. Eres liberado del pecado y te conviertes en siervo de la justicia (Romanos 6:17-18).
  • Cuando estás en Cristo, eres una nueva creación. Ya no eres controlado por el viejo yo, tu naturaleza pecaminosa (2 Corintios 5:17).
  • Para estar bien con Dios, Jesús, que no tenía pecado, se hizo pecado por ti y murió en tu lugar (2 Corintios 5:21).
  • Debes llevar cautivo todo pensamiento y hacerlo obediente a Cristo, permitiéndote solo pensamientos que honren a Dios (2 Corintios 10:5).
  • La buena obra que Dios ha comenzado en ti no quedará inconclusa (Filipenses 1:6).
  • Debes concentrarte en pensamientos buenos, puros y honorables que devuelvan tu enfoque a Dios y eliminen el espacio para que entre el pecado (Filipenses 4:8).
  • Dios te ha dado un espíritu de poder, amor y dominio propio, no un espíritu de cobardía (2 Timoteo 1:7).
  • La autodisciplina y el control de tus impulsos pecaminosos pueden no ser siempre agradables, pero, si mantienes el rumbo, recogerás una cosecha de “fruto apacible de justicia” (Hebreos 12:11).
  • Cuando te sientas ansioso o preocupado por tus impulsos pecaminosos, puedes entregar esas preocupaciones a Dios porque Él se preocupa profundamente por ti (1 Pedro 5:7).

Implicaciones para hoy

A veces, los impulsos pecaminosos pueden parecer imposibles de controlar, haciéndote pensar que eres impotente ante ellos. Pero Dios te ha proporcionado muchas herramientas para luchar contra estos impulsos. La primera es Su presencia. Dios promete no abandonarte nunca, así que no tienes que luchar solo contra tus impulsos, como lees en 2 Timoteo 1:7. El Espíritu Santo que mora en ti te ayudará a combatirlos. El Espíritu Santo que mora en ti te ayudará a mantenerte firme en tu decisión de evitar el pecado y no caer en la tentación. A veces, para resistir los impulsos pecaminosos, necesitas modificar tu estilo de vida para evitar situaciones tentadoras. Esto puede incluir tus pensamientos. Como creyente, no debes entretenerte con pensamientos pecaminosos (2 Corintios 10:5) y debes, en cambio, concentrarte en las cosas buenas (Filipenses 4:8). A medida que permites que tu mente sea transformada por Dios y Su bondad, hay menos espacio para que los pensamientos pecaminosos se arraiguen y crezcan. Mientras continúas luchando contra tus impulsos pecaminosos con la ayuda de Dios, debes recordar la verdad de quién eres en Él. Eres nueva creación, ya no eres esclavo del pecado y has sido redimido por el poder y la gracia de Dios (Romanos 6:17-18). Tener estas verdades siempre presentes puede ayudarte a aliviar la culpa y la frustración que sientes cuando lidias con impulsos pecaminosos.

Comprende

  • El impulso de pecar a veces puede parecer incontrolable.
  • Puedes confiar en Dios para que te ayude a controlar tus impulsos pecaminosos.
  • Los creyentes son libres de su naturaleza pecaminosa y ya no están esclavizados al pecado.

Reflexiona

  • ¿Cómo puedes recordarte activamente tu nueva identidad en Cristo cuando surgen impulsos pecaminosos?
  • ¿En qué áreas de tu vida puedes hacer cambios para evitar situaciones que te lleven a la tentación o a pensamientos pecaminosos?
  • ¿Cómo puedes confiar en el poder, el amor y el autocontrol de Dios para fortalecer tu determinación de resistir los impulsos pecaminosos?

Ponlo en práctica

  • ¿Cómo puedes apoyarte en otros para crear un estilo de vida que te ayude a evitar los impulsos pecaminosos y te centre en Dios?
  • ¿De qué formas prácticas puedes animar a otros a llevar cautivo todo pensamiento y centrarse en las cosas que honran a Dios?
  • ¿Cómo puedes ayudar a los demás a entender que la liberación del pecado no consiste solo en evitar la tentación, sino en abrazar su nueva identidad en Cristo?