¿Cómo puedo glorificar a Dios en todo?

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En resumen:

Podemos glorificar a Dios reflejándolo en nuestros pensamientos, nuestras acciones, nuestros cuerpos físicos y nuestra relación espiritual con Él. Glorificar a Dios significa vivir para Él en lugar de para uno mismo y revelarlo a un mundo que lo necesita desesperadamente.

Del Antiguo Testamento

  • Meditar en la Palabra de Dios nos da la fortaleza y la disciplina para glorificarlo en nuestras acciones (Salmo 1; 119:11).

Del Nuevo Testamento

  • Jesús es el ejemplo perfecto de meditar en la Palabra de Dios y utilizarla para luchar contra la tentación del Diablo (Mateo 4:1-11).
  • Una vida que dé gloria a Dios requiere que nos neguemos a nosotros mismos nuestros deseos carnales y perversos (Lucas 9:23).
  • Debemos ofrecernos a Dios como "sacrificios vivos" para que Cristo sea glorificado en nosotros y a través de nosotros (Romanos 12: 1-2).
  • Cuando nuestros espíritus y mentes están puestos en Cristo, es un desbordamiento natural para nosotros glorificar a Dios con nuestros cuerpos. Primera de Corintios 6: 19-20 dice: "¿O no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo que está en ustedes, el cual tienen de Dios, y que ustedes no se pertenecen a sí mismos? Porque han sido comprados por un precio. Por tanto, glorifiquen a Dios en su cuerpo y en su espíritu, los cuales son de Dios.". Debemos huir de la inmoralidad sexual y respetar nuestro cuerpo físico absteniéndonos de comportamientos inmorales.
  • Nuestros cuerpos físicos deben ser disciplinados para que podamos soportar la carrera que Dios ha puesto delante de nosotros. Pablo dice: "Por tanto, yo de esta manera corro, no como sin tener meta; de esta manera peleo, no como dando golpes al aire, sino que golpeo mi cuerpo y lo hago mi esclavo, no sea que habiendo predicado a otros, yo mismo sea descalificado." (1 Corintios 9:26-27). Mantener nuestros cuerpos disciplinados y fuertes glorifica a Dios y asegura que seamos capaces de lograr todo lo que Él tiene para nosotros.
  • Cuando nacemos de nuevo, nuestros espíritus son hechos nuevos. Somos capaces de amar a Dios y amar a otros con el amor que Él nos ha dado. Tomamos decisiones basadas en lo que será sabio y espiritualmente beneficioso: "Entonces, ya sea que coman, que beban, o que hagan cualquier otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios." (1 Corintios 10:31).
  • Un espíritu renovado se evidencia por la presencia del fruto del Espíritu Santo en nuestras vidas (Gálatas 5:22-23). Caminar en el fruto del Espíritu, glorifica a Dios.
  • Nuestras mentes, voluntades y emociones deben estar puestas en agradar a Dios: "Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honorable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buena reputación; si hay alguna virtud, si algo digno de alabanza, en esto piensen." (Filipenses 4:8).
  • Debemos hacer todo nuestro trabajo como para el Señor, aunque nos encontremos en circunstancias menos que ideales (Colosenses 3:23). Podemos glorificar a Dios tratando a los demás con cuidado y respeto en situaciones en las que tal vez no lo merezcan.
  • En última instancia, Dios es digno de toda gloria (Apocalipsis 4:11).

Implicaciones para hoy

Cada persona se compone de tres partes: un espíritu, un alma y un cuerpo. A medida que conocemos al Señor, debemos glorificarlo cada vez más en todas las áreas de nuestra vida. Le damos gloria al ser como Él, reflejándolo ante los demás, ya que fuimos creados a Su imagen (Génesis 1:27; Colosenses 3:10; Efesios 4:24). Debemos glorificar audazmente a Dios a través de nuestros deseos y acciones. Debemos ser una luz en el mundo, como dice Mateo 5:16: "»Así brille la luz de ustedes delante de los hombres, para que vean sus buenas acciones y glorifiquen a su Padre que está en los cielos.". En todas las facetas de nuestra vida, debemos honrar y glorificar al Señor.

Comprende

  • Glorificar a Dios significa reflejarlo en nuestra manera de pensar, en lo que hacemos y en cómo vivimos.
  • Glorificamos a Dios viviendo de una manera que lo revela al mundo.
  • Todas las acciones, incluyendo el trabajo y las relaciones, deben honrar a Dios, reconociendo Su gloria final.

Reflexiona

  • ¿Cómo puedes glorificar a Dios de manera más consistente en tus pensamientos y acciones diarias?
  • ¿En qué áreas de tu vida luchas por negar tus deseos egoístas, y cómo puedes rendirlos a Dios para Su gloria?
  • ¿Cómo puedes utilizar tu cuerpo físico y tu trabajo diario como una ofrenda a Dios?

Ponlo en práctica

  • ¿Cómo podemos ayudarnos mutuamente a ser responsables de vivir para la gloria de Dios tanto en las decisiones grandes como en las pequeñas?
  • ¿Cuáles son algunas formas prácticas de asegurarnos de que nuestras acciones reflejen el carácter de Dios en el mundo que nos rodea?
  • ¿Cómo equilibramos el esfuerzo por glorificar a Dios con la realidad de las circunstancias imperfectas y las luchas personales?