¿Qué son los evangelios gnósticos?

Los evangelios gnósticos son escritos elaborados aproximadamente entre los siglos II y IV de nuestra era. La colección popular de evangelios gnósticos incluye unos 52 escritos diferentes. El más antiguo es el Evangelio de Tomás, escrito aproximadamente en el siglo II.

Aunque algunos han sugerido que estos escritos son "evangelios perdidos", el término es muy engañoso. En realidad, estos escritos eran muy conocidos en su época y fueron ampliamente condenados por la Iglesia primitiva por estar fuera de las enseñanzas eclesiásticas aceptadas. La palabra "gnóstico" proviene de la palabra griega que significa "conocimiento" y formaba parte de una filosofía que enfatizaba la iluminación. La Iglesia primitiva rechazó tanto el contenido de estos escritos como la idea de incluirlos con los libros del Nuevo Testamento.

El descubrimiento de la biblioteca de Nag Hammadi en Egipto en 1945 atrajo la atención del público hacia los evangelios gnósticos cuando muchos de los escritos fueron redescubiertos en este lugar. El Evangelio de Tomás, el Evangelio de la Verdad y el Evangelio de Felipe, entre otros, se publicaron y en algunos casos se comercializaron popularmente como "evangelios perdidos". Sin embargo, los eruditos coinciden en que estos escritos no fueron elaborados por los famosos cristianos a los que los títulos atribuyen las obras, ni fueron escritos durante el periodo de tiempo en que vivieron esos personajes. Por el contrario, los evangelios gnósticos fueron conocidos durante la época en que se escribieron y rechazados, lo que los dejó fuera de la atención del estudio de la mayoría hasta su redescubrimiento en el siglo XX.

¿Hay algún valor en los evangelios gnósticos? Aunque no son Escrituras inspiradas, y de hecho entran en conflicto con gran parte del Nuevo Testamento, los evangelios gnósticos pueden ser útiles para la investigación histórica. Ofrecen una visión detallada de las creencias alternativas entre los gnósticos de la época, junto con sus puntos de vista sobre Dios, las Escrituras, el pecado, el juicio, la vida después de la muerte y otros temas. Además, muchas veces se señalan detalles sobre la vida cultural y el uso del idioma que, de otra forma, serían desconocidos de la época.

En pocas palabras, los evangelios gnósticos no son evangelios perdidos. Ni están perdidos ni son evangelios. Aunque pueden incluir información histórica útil, el hecho de que se escribieran después del periodo neotestamentario, que a menudo se atribuyeran a autores muertos hace mucho tiempo, que fueran rechazados por los líderes eclesiásticos de su época y que incluyeran una teología que entra en conflicto con el Nuevo Testamento debería dejar claro que los evangelios gnósticos no son la Escritura.