¿Qué son los estatutos de una iglesia? ¿Por qué son importantes?

Los estatutos de una iglesia son un conjunto de normas que definen el gobierno interno de una iglesia local. Explican en qué cree una iglesia y cómo funciona.

Una de las principales razones de los estatutos es dirigir a los miembros de la iglesia. Los estatutos pueden detallar los requisitos para ser miembro de la iglesia, los procedimientos de contratación del personal y los pasos que deben seguir los voluntarios antes de trabajar con niños. Los estatutos también incluyen la descripción de los cargos y los requisitos que deben cumplir pastores, ancianos, diáconos y administradores.

Los estatutos también son útiles para mantener la continuidad y el orden en el funcionamiento de la iglesia. ¿Quién elabora y aprueba el presupuesto? ¿Con qué frecuencia se celebra la comunión? ¿Cuánto debe gastarse en misiones? ¿Qué asuntos deben someterse a votación de la congregación y cuáles pueden ser decididos por los ancianos? Si no hay procedimientos escritos para determinar estas cosas, las discusiones pueden llegar a ser acaloradas, e incluso a provocar la división de la iglesia.

Tal vez la razón más importante para que una iglesia tenga estatutos sea explicar claramente la postura de la iglesia cuando los temas seculares entran en conflicto con la teología de la iglesia. A pesar de la autoridad de las leyes de cualquier país, la mayoría de las iglesias gozan de cierta autonomía a la hora de decidir quién puede dirigir ceremonias y participar en ellas, quién puede ocupar qué cargos entre sus empleados y voluntarios, y qué acciones o creencias pueden ser motivo de despido. Sin estatutos, es posible que una iglesia no pueda despedir a un pastor que cometa un pecado sexual o negarse a celebrar una boda que vaya en contra de sus convicciones. Si los estatutos de una iglesia no se cumplen o no son lo suficientemente detallados, los tribunales pueden responsabilizar a la iglesia ante la ley del estado, no ante las normas establecidas por las Escrituras. Además, los estatutos deben estar a disposición de todos los miembros y a disposición inmediata del pastor titular.

En un mundo perfecto, los estatutos de la iglesia no serían necesarios. Todos trabajaríamos juntos en unidad y paz sin ambiciones egoístas ni vanidades. Sin embargo, en la unidad debe haber orden (1 Corintios 14:40). Los estatutos nos dan la estructura para manejar los detalles para que podamos ministrar en la libertad de Cristo.