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La llamada era de la Iglesia comenzó el día de Pentecostés (Hechos 2), y durará hasta que las personas que creen en Jesucristo sean arrebatadas del mundo y llevadas a estar con el Señor (1 Corintios 15: 51–57).
Las edades o épocas son definidas por los historiadores en base a eventos específicos o formas de ver eventos pasados y futuros, como la Edad Media en una visión general sobre la civilización occidental. Aunque la Biblia está a grandes rasgos dividida en el Antiguo y el Nuevo Testamento que representan la era de la Ley y la era de la gracia, los teólogos dispensacionalistas han dividido aún más la historia en siete dispensaciones.
La era de la Iglesia, que corresponde con la dispensación de la gracia, es en lo que vivimos hoy. También se le conoce (en la historia profética) como localizada entre las semanas 69 y 70 de Daniel (Daniel 9: 24–27; Romanos 11).
Jesús la identificó cuando declaró que edificaría la Iglesia (Mateo 16:18). La Iglesia está compuesta por personas que creen en Jesucristo como su Salvador y Señor (Juan 1:12; Hechos 9:31), no grupos específicos de cristianos, iglesias o denominaciones. La palabra griega usada en el Nuevo Testamento para identificar a la Iglesia es ekklesia, que significa "una asamblea convocada". Hoy en día la identificamos como la "Iglesia universal", que se reúne principalmente en las iglesias locales.
Cuando se estableció la Iglesia, vino el Espíritu Santo, y por primera vez habitó con personas de manera permanente (Hechos 2; Juan 14:16). El Espíritu Santo siempre ha estado obrando, y varias veces en el Antiguo Testamento se lo identifica como habitando o estando con personas temporalmente, como en 1 Samuel 16: 13–14.
En el Antiguo Testamento, Dios identificó a su pueblo como la nación de Israel, pero en la era de la Iglesia, identifica a su pueblo como aquellos que tienen fe en Jesucristo, algunos de los cuales son judíos creyentes (1 Corintios 10:32). Sin embargo, Dios no ha terminado con Israel, ya que algunas de sus promesas aún no se han cumplido (Ezequiel 34; 37; 45; Jeremías 30; 33; Mateo 19:28; Apocalipsis 19).
Mientras tanto, la Iglesia ahora tiene asignaciones. "Por lo tanto, mis queridos hermanos, manténganse firmes e inconmovibles, progresando siempre en la obra del Señor, conscientes de que su trabajo en el Señor no es en vano." (1 Corintios 15:58).
La era de la Iglesia terminará en el rapto. En algún momento posterior será la cena de bodas del Cordero (Apocalipsis 19: 6–9), la celebración de Jesús viniendo por Su Iglesia (también llamada la novia de Cristo).