¿Cuáles son los principales aspectos de la enseñanza de Jesús?
Las enseñanzas de Jesús van desde el comportamiento cotidiano hasta cuestiones de gran trascendencia eterna. Lo más importante es que enseñó que Él era el Mesías, el Hijo de Dios, el Salvador que tiene poder sobre la muerte. Jesús demostró que la obediencia externa a las expectativas de Dios es secundaria a la fidelidad a Él. Nos advirtió de que los incrédulos se enfrentarían al juicio y prometió a los creyentes una relación eterna con Dios. Jesús, un revolucionario, hizo extensivo el respeto y la oportunidad a personas de todos los estratos culturales, ofreciéndoles la salvación (Lucas 19:7-10).
Decía que viviéramos la vida así: "Todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos..." (Mateo 7:12). Los eruditos creen que se trataba de un giro de un dicho común de la época según el cual la gente debería evitar hacer a los demás lo que no quiere que le hagan a ella. Jesús hizo que fuera positivo y activo: hacer intencionadamente a los demás lo que quieres que te hagan a ti.
Dijo que el camino a Dios era la fe, no la obediencia a la ley (Mateo 7:22-28; Lucas 7:9). Cuando le preguntaron cuál era el más importante de los mandamientos, dijo que los más importantes eran amar a Dios y amar al prójimo, y añadió que los que sabían esto "no estaban lejos del reino de Dios" (Marcos 12:28-34).
También enseñó que uno se convierte en prójimo de los demás cuando los ayuda, y contó la historia del Buen Samaritano para ilustrarlo (Lucas 10:25-37).
Jesús dijo que el pecado separa a las personas de Dios, pero que el pecado es perdonable y que la gente debe perdonar a los demás (Mateo 6:14; 12:31; Juan 3:14-18; Lucas 7:47).
Enseñó a Sus seguidores a orar: "Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal" (Mateo 6:9-13).
Jesús dijo que estaba en la tierra para predicar la venida del Reino de Dios (Lucas 4:43). También dijo que "había venido a buscar y a salvar lo que se había perdido." (Lucas 19:10). Jesús dijo que la profecía de Isaías 61 se aplicaba a Él: "El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor. Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él. Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros" (Lucas 4:18-21).
Jesús proclamó el evangelio de Dios, diciendo que el Reino de Dios se había acercado y que la gente debía arrepentirse y creer en las buenas nuevas (Marcos 1:14-15). Afirmó ser Dios encarnado y el único Salvador (Juan 14:6). Jesús demostró ser quien dice ser mediante Su resurrección (1 Corintios 13:3-4).
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