¿La Biblia dice algo sobre los dragones?

Casi todas las culturas antiguas del mundo cuentan mitos y leyendas sobre dragones: reptiles gigantes que escupen fuego. Durante miles de años, las civilizaciones que existieron en continentes separados, y nunca tuvieron contacto, inventaron historias sobre dragones. ¿Es posible que alguna vez existieran los dragones? Los científicos evolucionistas afirman que alguna vez existieron reptiles gigantes, los dinosaurios, pero que vivieron millones de años antes que los humanos. Además, los fósiles de dinosaurios no se descubrieron hasta mucho después de que los mitos de los reptiles gigantes comenzaron en las culturas antiguas. ¿Cómo sabían los antiguos sobre estas criaturas?

La Biblia describe animales enormes que parecen muy similares a los dinosaurios que conocemos de los fósiles que todos hemos visto en museos y libros. Behemot, una criatura con una cola como un cedro que no tenía miedo de pararse en el turbulento río Jordán, con huesos como el bronce y extremidades como el hierro (Job 40), y Leviatán, una enorme e intimidante criatura marina que jugaba junto a los barcos (Job 41), que Isaías también llama un "dragón" en Isaías 27: 1.

También existe un dragón en Apocalipsis, capítulos 12, 13, 16 y 20. Estos relatos se refieren a Satanás (Apocalipsis 20: 2) y lo comparan con un poderoso monstruo que respira fuego. Así como Satanás vino a Eva en forma de serpiente, se lo identifica como un dragón en Apocalipsis. Sin embargo, los dragones reales pueden haber existido entre los humanos, según los científicos creacionistas. Desde una perspectiva de la tierra joven, estos relatos bíblicos de dragones, más los muchos mitos sobre dragones de las culturas antiguas, eran simplemente descripciones de dinosaurios que vivían junto a los hombres en el mundo antiguo.

En cuanto a la característica de que los dragones escupen fuego, puede ser un adorno mitológico, o una metáfora del terrible aliento del dragón, o puede haber algún otro factor que no podemos conocer, al no haber visto o estudiado un dinosaurio vivo. Dios describe a Leviatán en el libro de Job de esta manera: "Tiene el lomo recubierto de hileras de escudos, todos ellos unidos en cerrado tejido; […] Resopla y lanza deslumbrantes relámpagos; sus ojos se parecen a los rayos de la aurora. Ascuas de fuego brotan de su hocico; chispas de lumbre salen disparadas. Lanza humo por la nariz, como olla hirviendo sobre un fuego de juncos. Con su aliento enciende los carbones, y lanza fuego por la boca."(Job 41:15, 18-21).