¿Dónde vivió Jesús?
Jesús vivió en diferentes lugares, incluyendo el cielo, Belén, Egipto, Nazaret y Capernaum. Antes de Su encarnación, Jesús estaba con el Padre en el cielo. Juan dice: "Este era en el principio con Dios" (Juan 1:2). Antes de ser crucificado, Jesús pidió a Dios que lo llevara de nuevo al mismo lugar: "Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese" (Juan 17:5). Después de Su resurrección, Jesús pasó cuarenta días con Sus discípulos antes de ascender de nuevo al cielo (Hechos 1:3-11). Primera de Pedro 3:22 y Hebreos 10:12-13, entre otros versículos, afirman que Jesús está actualmente en el cielo. Cuando Jesús vino a la tierra, nació en Belén, ubicada en la región de Judea. Lucas 2 nos dice que María y José estaban en Belén para el censo, pero vivían en Nazaret. Así pues, aunque Jesús nació en Belén, no sabemos cuánto tiempo vivió allí. Sí sabemos que los magos fueron a visitar al pequeño Jesús cuando la familia aún estaba en Belén, aunque no necesariamente en el lugar donde nació. Cuando iban de camino, los magos preguntaron al rey Herodes: "¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle" (Mateo 2:2). Herodes preguntó a los sumos sacerdotes y escribas, quienes le dijeron que Belén era el lugar donde había de nacer el Mesías. Herodes envió a los magos a Belén, pidiéndoles que regresaran y le dijeran dónde estaba el rey recién nacido. Sin embargo, Dios advirtió en sueños a los magos que no volvieran a Herodes. El rey Herodes vio a Jesús como una amenaza y, tomando como base el momento en que los magos le dijeron que se les había aparecido la estrella, ordenó que se matara a todos los niños de dos años o menos dentro de la región geográfica de Belén (ver Mateo 2).
Antes de que el plan de Herodes se cumpliera en su totalidad, un ángel se le apareció a José en sueños y le advirtió del mal que se avecinaba. El ángel dio instrucciones a José para que llevara a María y a Jesús a Egipto, que fue lo que hizo, y permanecieron en Egipto hasta la muerte de Herodes (Mateo 2:13-15, 19-23). Según los registros históricos, la muerte de Herodes se produjo en el año 4 a.C., y probablemente Jesús era aún muy joven cuando eso ocurrió.
Cuando regresaron a Israel, volvieron al pueblo natal de José y María, Nazaret, situado en Galilea (Mateo 2:22-23; Lucas 2:39). Nazaret es el lugar más conocido como la ciudad natal de Jesús, porque fue donde pasó la mayor parte de su infancia. En todo el Nuevo Testamento se hace referencia a Jesús como "Jesús de Nazaret" (Mateo 26:71; Marcos 1:24; 10:47; Lucas 4:34; 18:37; 24:19; Juan 1:45; 18:5-7; 19:19; Hechos 2:22; 3:6; 26:9).
Durante los años de Su ministerio, Jesús cambió su lugar de residencia de Nazaret a Capernaum, que se encontraba a un día de camino de Nazaret, junto al Mar de Galilea (Mateo 4:13). Aunque Jesús ejerció Su ministerio en otras ciudades, incluida Jerusalén, no se tiene constancia de que tuviera su hogar en ninguna otra ciudad. De hecho, es probable que Jesús ni siquiera tuviera un hogar propio permanente, sino que residiera temporalmente con otras personas (ver Lucas 10:38). También es probable que Él y Sus discípulos acamparan muchas veces. Lucas 9:57-58 relata esta historia: "Yendo ellos, uno le dijo en el camino: Señor, te seguiré adondequiera que vayas. Y le dijo Jesús: Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza".
Después de la resurrección, Jesús ascendió al cielo, donde permanece sentado a la diestra de Dios (Efesios 1:20; Colosenses 3:1; Hebreos 8:1). Ha cumplido Su misión de otorgar perdón y redención por los pecados del mundo. Ha ido a preparar un lugar para aquellos que han puesto su fe en Él, para que un día podamos reunirnos con Él en la eternidad (Juan 14:1-4). No nos ha dejado solos, sino que nos ha dado su Espíritu Santo que mora en nosotros y nos acompaña para siempre (Juan 14:15-21; 16:7-15).
Jesús regresará de nuevo a la tierra y reinará en Su reino milenario (Apocalipsis 19-22). En última instancia, quienes hayan puesto su fe en Jesús vivirán con Él por toda la eternidad en los cielos nuevos y la tierra nueva. "Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán, y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes. No habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará; y reinarán por los siglos de los siglos" (Apocalipsis 22:3-5; ver también Apocalipsis 21).
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