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El don de la ayuda sólo se encuentra en 1 Corintios 12:28. Algunos lo relacionan con el don de la misericordia, que se menciona anteriormente en el mismo capítulo.
El don de la ayuda no está definido en este versículo en particular y existen diferentes interpretaciones de cómo se manifiesta el don de la ayuda. Sin embargo, está claro que habla de una persona dotada para ayudar a otros cuando tienen necesidades. Las necesidades pueden ser de naturaleza más práctica. Ayudar puede estar relacionado con proporcionar asistencia de manera que permita a otro cumplir con su tarea ministerial. O bien, las necesidades pueden ser de naturaleza más espiritual; una persona dispuesta a ayudar animaría a los demás, proveería discernimiento o algo por el estilo. Todos los cristianos están llamados a ayudar a los necesitados (Lucas 10:25-37), aunque algunos están claramente más preparados que otros para desempeñar esta función.
En los escritos de Pablo, los cristianos de Filipos parecen haber estado muy capacitados para ayudar a los demás. Filipenses 4:15-16 dice: "Y sabéis también vosotros, oh filipenses, que al principio de la predicación del evangelio, cuando partí de Macedonia, ninguna iglesia participó conmigo en razón de dar y recibir, sino vosotros solos; pues aun a Tesalónica me enviasteis una y otra vez para mis necesidades".
En Hechos 9:36, a una mujer llamada Tabita la conocían por su capacidad para ayudar a los demás: "Había entonces en Jope una discípula llamada Tabita, que traducido quiere decir, Dorcas. Esta abundaba en buenas obras y en limosnas que hacía". Aunque no se dice específicamente que tuviera el don de ayuda, lo cierto es que manifestaba esta capacidad de un modo que llamaba la atención de los demás.
En Romanos 16:3-4, encontramos a un matrimonio que tenía el don de ayudar a Pablo: "Saludad a Priscila y a Aquila, mis colaboradores en Cristo Jesús, que expusieron su vida por mí; a los cuales no solo yo doy gracias, sino también todas las iglesias de los gentiles". Una vez más, los esfuerzos que realizaron para ayudar a Pablo llegaron a ser tan conocidos que este escribió sobre ellos a los cristianos romanos. Incluso hoy en día, leemos acerca de sus acciones de ayuda al pueblo de Dios.
El don de la ayuda se puede analizar utilizando una analogía del baloncesto. Un equipo normalmente tiene uno o dos jugadores estrella que anotan muchos puntos. Sin embargo, estos jugadores estrella necesitan una persona que pueda pasarles el balón con eficacia para que anoten puntos. Cada vez que una persona pasa el balón a la persona que anota, se llama asistencia. Del mismo modo, los que demuestran el don de la ayuda no suelen ser los "jugadores estrella" que todo el mundo ve. Más bien, su trabajo vital ayuda silenciosamente a asistir a los necesitados, edificando la iglesia en el servicio a Cristo.