¿Deben ir los cristianos al médico?

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En resumen:

La Biblia no desaconseja ir al médico y no dice nada negativo sobre los médicos. Al mismo tiempo, por muy buen médico que sea, nuestra confianza y esperanza últimas deben permanecer en Dios, reconociendo que toda curación procede de Él.

Del Antiguo Testamento

  • 2 Crónicas 16:12: Este relato sobre el rey Asá nos recuerda que, aunque está bien consultar a los médicos, nuestra fuente última de orientación es Dios.
  • Isaías 55:8-9: Los caminos y los pensamientos de Dios son superiores a los nuestros. A veces la curación no llega, pero podemos confiar en que los caminos y propósitos de Dios son los mejores.
  • Jeremías 8:22: La presencia de médicos puede ser una parte positiva para ayudar a restaurar la salud de una persona.
  • Ezequiel 47:12: Ciertas plantas se utilizan para ayudar a curar heridas y enfermedades, posiblemente de la mano de un médico.

Del Nuevo Testamento

  • Mateo 9:12: Jesús dice que los sanos no necesitan médico, pero los enfermos sí.
  • Marcos 5:25-30: Aunque consultó debidamente a muchos médicos, la mujer que padecía una hemorragia no encontró alivio hasta que fue curada por Jesús.
  • Lucas 10:34: Aunque no es médico, el Buen Samaritano trata médicamente las heridas y lesiones del hombre que encuentra herido al borde del camino.
  • Colosenses 4: 14: Pablo se refiere a Lucas, el autor de Lucas y Hechos como "el médico amado".
  • 1 Timoteo 5:23: Pablo da a Timoteo consejos médicos tangibles para una dolencia física a la que se enfrentaba Timoteo.
  • Santiago 1:15 indica que podemos pedir sabiduría a Dios sobre cualquier situación a la que nos enfrentemos, lo que incluye las decisiones médicas.

Implicaciones para hoy

No hay nada malo en que un cristiano consulte a un médico. Los buenos médicos pueden ayudarnos a tratar nuestras enfermedades y enseñarnos a llevar una vida más sana. Dios nos creó para ser personas inteligentes y curiosas, y los avances médicos forman parte de ello. Aunque no está mal que los cristianos vayamos al médico, no debemos poner a los médicos por encima de Dios ni confiar en sus habilidades por encima del cuidado soberano de Dios. Nuestra confianza última no está en las personas, sino en Dios. Dios es quien verdaderamente nos cura y a quien debemos acudir en toda circunstancia, incluidos los problemas de salud. A veces eso significa que la curación no llegará a este lado de la eternidad. Aunque los médicos son excelentes en lo que hacen, no lo saben todo, y a veces la solución a nuestras necesidades de salud no es fácil. La enfermedad y la dolencia son el resultado de la caída, que no fue como Dios creó originalmente el mundo. Sin embargo, Él es soberano sobre todo y utiliza todas las cosas, incluso la enfermedad, para Su gloria y nuestro bien (Romanos 8:28). A veces es difícil confiar cuando nos enfrentamos a una enfermedad prolongada o a oraciones de curación sin respuesta, pero nuestra fe nos llama a confiar en el gran plan y sabiduría de Dios. Confiar en Dios no significa descuidar la atención médica, sino reconocer que toda buena dádiva, incluidos los médicos y los tratamientos especializados, procede de Él (Santiago 1:17). Cuando la curación no se produce como esperamos, podemos descansar en la verdad de que la gracia de Dios nos basta, y Su poder se perfecciona en nuestra debilidad (2 Corintios 12:9). Al acudir a Dios en oración, buscar Su guía y abrazar Su paz, podemos superar los desafíos de salud con esperanza y fe, sabiendo que Él nos tiene en Sus manos. Ya sea a través de los cuidados de un médico o de Su intervención directa, nuestra curación y restauración finales proceden de Él.

Comprende

  • La Biblia no dice a los cristianos que no vayan al médico.
  • La medicina moderna y los médicos pueden ser muy útiles para mantener nuestra salud, pero también debemos recordar que la sanidad viene en última instancia de Dios.
  • Debemos confiar en Dios y buscarlo por encima de todo en cada situación que enfrentemos.

Reflexiona

  • ¿Cómo equilibras la confianza en los médicos con la confianza en Dios para tu salud y sanación?
  • ¿Has luchado alguna vez por confiar más en la capacidad de un médico que en la soberanía de Dios? ¿Cómo puedes cambiar tu mentalidad para seguir adelante?
  • Cuando te enfrentas a problemas de salud, ¿cómo puedes invitar a Dios a participar en tu proceso de toma de decisiones sobre la atención médica?

Ponlo en práctica

  • ¿Cómo puedes animar a otros a buscar ayuda médica sin perder de vista el papel fundamental de Dios en su curación?
  • ¿Cómo respondes cuando el tratamiento médico no conduce a la curación que esperabas, y cómo puedes ayudar a otros a superar retos similares?
  • ¿Cómo puedes recordar a otros que los caminos de Dios son más elevados que los nuestros cuando se enfrentan a incertidumbres médicas?