¿Estaba casado alguno de los discípulos de Jesús?

Al menos algunos de los discípulos de Jesús estaban casados. Mateo escribe específicamente sobre la suegra de Pedro (Mateo 8:14), y Pablo hace referencia a otros discípulos casados en 1 Corintios 9:5 cuando dice que tiene derecho a casarse con una mujer creyente porque Pedro, los hermanos de Jesús y otros apóstoles se habían casado. Sin embargo, Pablo no estaba casado, al menos en la época de sus escritos.

Por eso, es bastante sencillo concluir que la Biblia permite que los ministros, pastores, misioneros y otros líderes y obreros de la iglesia estén casados.

Pablo escribió sobre los beneficios de ser soltero cuando se trabaja para el Señor (1 Corintios 7:32-35). Dijo: "Quisiera más bien que todos los hombres fuesen como yo [solteros]; pero cada uno tiene su propio don de Dios, uno a la verdad de un modo, y otro de otro" (1 Corintios 7:7). También escribió que "... pues mejor es casarse que estarse quemando" (1 Corintios 7:9). Las cualificaciones para ancianos y diáconos incluyen referencias a sus matrimonios y familias (1 Timoteo 3:1-13; Tito 1:5-9). Estas cualificaciones no exigen que los líderes de la iglesia estén casados, pero ciertamente demuestran que muchos lo estaban.

Los cristianos pueden servir a Dios sea cual sea su situación en la vida. El matrimonio es un reflejo de la relación de Cristo con la iglesia (Efesios 5:22-33). Puede ser una relación de amor y apoyo en la que cada cónyuge es instado a seguir a Dios más profundamente y los dos trabajan como uno para promover Su reino. Dios instituyó el matrimonio en el jardín del Edén, y es algo bueno (Génesis 2:24-25). La soltería apunta a la eternidad, cuando hayan "llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado" (Apocalipsis 19:7) (ver también Mateo 22:30). En la soltería, una persona puede centrarse más directamente en el reino de Dios (1 Corintios 7:32-35). La soltería también ofrece una oportunidad única de confiar únicamente en Dios para la intimidad relacional. Por supuesto, ambas situaciones conllevan luchas y dificultades particulares. No importa cuál sea nuestra situación en la vida, estamos llamados a depender de Dios y a seguirle fielmente.