¿Está bien que una iglesia se endeude?

La Biblia no establece directamente si una iglesia local puede endeudarse. Sin embargo, siempre que se menciona la deuda en las Escrituras, se hace con advertencias sobre las consecuencias negativas que ello implica. Por lo tanto, la meta de una iglesia debe ser abstenerse de endeudarse en la medida de lo posible para evitar los problemas y las limitaciones que esto podría acarrear.

Muchos principios para determinar si una iglesia debe o no endeudarse son los mismos que se aplican a las personas. Una razón para evitar las deudas es que otorgan el control a la institución prestamista. Proverbios 22:7 dice: "El rico se enseñorea de los pobres, y el que toma prestado es siervo del que presta". Para una iglesia, esto incluye el control de la propiedad, así como una tasa de interés sobre los préstamos que obliga a dar una parte de las donaciones de la iglesia directamente al prestamista.

Una segunda razón para evitar el endeudamiento es utilizar los fondos para atender necesidades críticas. La mayoría de las iglesias piden dinero prestado para propiedades y edificios. No obstante, con frecuencia existen otras necesidades más importantes en la familia de la iglesia o en la comunidad. Éstas son prioridades importantes para Dios y se deben considerar antes de contraer deudas (Mateo 25:35-40).

Una tercera razón para evitar la deuda es liberar más dinero para usarlo en el cumplimiento de la Gran Comisión. Un edificio o propiedad puede servir para hacer discípulos, sin embargo, muchas personas alrededor del mundo todavía no han escuchado el evangelio ni una sola vez.

Una cuarta razón para evitar las deudas es dejar espacio para que Dios provea divinamente los fondos. Filipenses 4:19 enseña: "Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús". Mateo 7:7 dice: "Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá".

Una última razón a considerar es el estrés que la deuda puede causar en las personas dentro de una iglesia. Los altos niveles de deuda pueden conducir a un enfoque poco saludable en el dinero o en los esfuerzos por aumentar la asistencia con el fin de cubrir los gastos existentes.

La deuda no es necesariamente siempre mala o incorrecta, pero se debería considerar cuidadosamente antes de tomar cualquier decisión. Si Dios desea que se lleve a cabo un proyecto a gran escala, Él también nos ayudará a proveer la manera para que se realice. Aunque esto podría incluir un préstamo para una parte del proyecto, también debería haber otras formas en las que Dios obre para dirigir los nuevos proyectos de construcción de la iglesia mediante las ofrendas de los miembros de la iglesia.

El endeudamiento puede ofrecer una solución rápida a corto plazo, pero puede acabar mal si no se gestiona bien. Un equipo de consejeros sabios, unidos en oración y planificación, puede ayudar a buscar soluciones que eviten una excesiva dependencia de préstamos que podrían perjudicar a la iglesia o a sus actividades.