¿De qué deberes son responsables los ancianos en la iglesia?

Los ancianos de la iglesia son hombres que son responsables del pastoreo y la dirección de la iglesia. La Biblia explica los deberes específicos por los cuales sirven al cuerpo local de creyentes.

Guiar a la iglesia hacia la verdad teológica. El pastor puede ser el principal maestro de la iglesia, pero es el deber de los ancianos asegurarse de que él y todos los maestros estén predicando con precisión desde la Palabra de Dios. Vemos esto en Hechos 15:1-29. En este caso, el liderazgo de la iglesia local no estaba lo suficientemente maduro espiritualmente como para poder determinar qué hacer. En lugar de pelear, enviaron representantes a los apóstoles y ancianos en la iglesia en Jerusalén. Al someterse a los ancianos, esta iglesia pudo mantener la paz y mostrar a los ancianos qué problemas debían resolverse.

Ser guerreros de oración. Las calificaciones para los ancianos son muy altas (1 Timoteo 3:1-7). Un hombre que puede cumplir con los requisitos para ser mayor naturalmente también cumple con el estándar de justicia mencionado en Santiago 5:16. Las oraciones de los justos pueden mucho, por lo que tiene sentido que los ancianos sean llamados a orar por los enfermos en la congregación (Santiago 5:14).

Buscar el bien de los demás en vez de su propio beneficio. Los ancianos están llamados a ser sirvientes-líderes. Su posición de alto perfil puede atraer la atención, pero su deber es edificar a otros. Un anciano debe tratar de satisfacer las necesidades de la congregación, y hacerlo con humildad y de buena gana (1 Pedro 5:1-4).

Enseñar la verdad. Después de que un anciano haya determinado la verdad, también debe enseñarla. De hecho, la posición de anciano se originó porque los discípulos se dieron cuenta de que podían perder fácilmente su enfoque a medida que la administración de la iglesia se volvía más compleja. Sabían que necesitaban concentrarse en la enseñanza y delegaban autoridad a otros (diáconos) para ver los asuntos más prácticos (Hechos 6:1-6). Los ancianos necesitan dedicarse a "la oración y al ministerio de la palabra" (Hechos 6:4).

La Biblia también explica el deber de la congregación a los ancianos. Debemos someternos a ellos (Hebreos 13:17), poner a prueba su enseñanza (2 Pedro 2:1-3), y tanto honrarlos como asegurarse de que se satisfagan sus necesidades (1 Timoteo 5:17-18). Ser un anciano es un honor y una gran responsabilidad. Mientras que los ancianos deben realizar sus deberes sin buscar recompensa, nosotros, como congregación, debemos respetarlos por su trabajo.