¿Deben los cristianos obedecer la ley del Antiguo Testamento?
Los cristianos no están obligados a obedecer la ley
Los cristianos no están obligados a obedecer todas las leyes
- señala a Cristo y su cumplimiento en el Nuevo Testamento?
- Jesús aclara en Mateo 5:17-18 que Él no vino a abolir la ley, sino a cumplirla. Cada aspecto de la ley apuntaba a Él, y Él la vivió perfectamente, satisfaciendo sus exigencias. Jesús es la culminación de lo que la ley prefiguraba, y mediante Su cumplimiento, logró lo que la ley no podía: la salvación para todos los que creen.
- Jesús también aclaró que toda la ley se resume en el mandamiento de amar a Dios y amar a los demás (Mateo 22:37-40; Marcos 12:29-31). Otros pasajes lo confirman (Romanos 13:8-10; Gálatas 5:14; Santiago 2:8).
- En Romanos 7:12, Pablo afirma que la ley en sí no es mala ni pecaminosa, sino que es santa y buena porque refleja el carácter perfecto de Dios. El problema no radica en la ley, sino en la naturaleza pecaminosa de la humanidad, que no puede guardarla.
- Pablo también enfatizó en Romanos 3:20 que la ley no justifica a nadie ante Dios; más bien, expone la pecaminosidad humana. La ley señala lo que está mal y muestra la brecha entre la norma de santidad de Dios y el comportamiento humano. A través de la ley, llegamos a conocer el pecado, pero no proporciona los medios para superarlo.
- Pablo describe la ley como un “guardián” o “tutor”, que guía a la gente hacia Cristo al revelar su incapacidad para alcanzar la justicia por sí mismos (Gálatas 3:24). El propósito de la ley era llevar a las personas a reconocer su necesidad de un Salvador, que en última instancia encuentra su cumplimiento en Jesús.
- Gálatas 5:18 dice: “Pero si son guiados por el Espíritu, no están bajo la ley”. Aquí Pablo explica que ser guiados por el Espíritu libera a los cristianos de las exigencias de la ley. El Espíritu Santo capacita a los creyentes para vivir de acuerdo con la voluntad de Dios, no por la adhesión legalista a las normas, sino por una transformación que Él obra en ellos. El creyente vive una vida basada en la gracia, en contraposición a una vida basada en el antiguo pacto de la ley, pero eso no significa que la ley o la justicia que esta revela estén obsoletas.
Algunos creen que todas las leyes