¿Cómo actúa la oración?

Cuando le preguntaron qué debía estudiar que aún no se hubiera descubierto, el célebre físico Albert Einstein dijo una vez: "Averigua sobre la oración. Alguien debe investigar sobre la oración". Incluso un hombre que aparentemente no creía en la existencia de un Dios personal intuyó que había algo sobre la oración que había que comprender mejor. Quizás la verdadera pregunta es si podemos entender cómo funciona la oración.

El escritor e intercesor cristiano John Eldredge dice en su libro Moving Mountains (Moviendo Montañas) sobre la oración: "Hay una forma en que las cosas funcionan". Propone que el universo de Dios es ordenado, con reglas y sistemas que se pueden delinear claramente (1 Corintios 14:33). Cree que la oración no es una excepción.

La Biblia nos da ejemplos de oración, instrucciones sobre la oración y advertencias sobre la oración. El rey David escribió muchos salmos que eran oraciones sinceras sobre su situación, su pecado y sus enemigos (por ejemplo, Salmos 3; 7; 38). Moisés mantuvo amplias conversaciones con Dios y le hizo muchas preguntas (Éxodo 3-4; 33:11). Ester hizo ayunar a sus siervos y a todo Israel, dando a entender que ellos también orarían, cuando toda la raza hebrea estaba amenazada de extinción (Ester 4:15-17).

Vemos muchas oraciones que fueron respondidas. Dios honró la petición de Moisés de cuidar a los israelitas después de que adoraran un becerro de oro (Éxodo 32). Dios logró salvar a los israelitas de la destrucción (varias veces). Dios trajo lluvia cuando Elías oró sinceramente por ella después de más de tres años de sequía (1 Reyes 18:42-46; Santiago 5:13-18). Dios dio a los creyentes valentía para proclamar el Evangelio (Hechos 4:23-31) y liberó a Pedro de la cárcel (Hechos 12:5-17).

También vemos a Dios decir "No". Dios no salvó la vida del hijo que David tuvo con Betsabé cuando cometieron adulterio a pesar de la oración y el ayuno de David (2 Samuel 12:16-18). Dios tampoco perdonó a Su propio Hijo, Jesús, cuando oró en el jardín de Getsemaní para que le fuera quitada la "copa" del juicio a través de la muerte en la cruz (Mateo 26:36-46). Jesús se sometió al Padre, orando para que se hiciera la voluntad de Dios, y la voluntad de Dios era traer la salvación a la humanidad (Juan 10:11-18; Hebreos 12:1-2).

Entonces, ¿cómo nos ayuda esto a responder a la pregunta de "cómo funciona la oración"? La oración es el don para comunicarse con el Dios del universo. La oración siempre actúa en el sentido de que quienes han puesto su fe en Jesucristo siempre podrán hablar con Dios y ser escuchados por Él (Lucas 11:5-13; Hebreos 4:14-16; 10:19-22). Ahora bien, si lo que buscamos es una fórmula que nos garantice que nuestras oraciones serán escuchadas como deseamos, la Biblia no nos da esa receta.

Lo que sí nos da son estos parámetros:

- Orar por todas las cosas (Filipenses 4:6).

- Orar en el nombre de Jesús (Juan 14:13-14), es decir, de acuerdo con Su voluntad.

- No usar palabras interminables (Mateo 6:7-8).

- No ores para aparentar ni para obtener reconocimiento (Mateo 6:5-6; Lucas 18:9-14).

- El ayuno y la oración juntos son poderosos (Daniel 9:3; Lucas 2:37).

- Ora por los demás (1 Timoteo 2:1-4; Efesios 6:19; Santiago 5:16).

- Orar sin cesar (Lucas 18:1; Efesios 6:18; 1 Tesalonicenses 5:17).

- Orar con denuedo (Romanos 8:26; Hebreos 4:14-16; 10:19-22; 1 Juan 5:14-15).

Podemos estar seguros en nuestras oraciones debido a quién es Dios, no porque hayamos orado correctamente. Estamos orando a Uno que es fiel, verdadero, poderoso, amoroso, generoso, poderoso y mucho más. El poder de la oración es el Dios a quien oramos, no nuestras palabras. Dios nos escucha alto y claro, y Él actuará de acuerdo con Su tiempo, voluntad y plan de salvación para la humanidad. Y, sobre todo, actuará por amor a cada uno de nosotros.