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Primera de Timoteo 3:2 y Tito 1:6 enseñan que un anciano o pastor debe ser conocido como marido de una sola mujer, una cualificación que también se menciona con respecto a los diáconos en 1 Timoteo 3:12. Por causa de este requisito, algunos han preguntado si un hombre casado con una mujer divorciada puede servir en el liderazgo de la iglesia. ¿Da la Biblia una respuesta a esta pregunta?
El requisito general parece referirse a si el hombre que es llamado a servir como anciano o diácono es conocido como lo que el griego literalmente llama un hombre de "una sola mujer". En otras palabras, la frase sólo especifica que un hombre es conocido por su relación fiel con una mujer. No es específico más allá de esta declaración.
Algunos también han mencionado Mateo 5:32: "Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio". Si un hombre se casa con una mujer divorciada, podría considerarse que está en una relación adúltera y que no está calificado para servir como líder de la iglesia. Sin embargo, es importante tener en cuenta el contexto de este pasaje antes de aplicarlo a todas las situaciones.
El pasaje de Mateo trata de una costumbre cultural judía específica común en la época de Jesús. Como se condenaban las relaciones sexuales prematrimoniales y extramatrimoniales, los hombres se divorciaban de una esposa y se volvían a casar con otra inmediatamente para empezar una nueva relación, una práctica que algunos han llamado monogamia en serie. Jesús condenó esta práctica, calificándola como una forma de adulterio.
En 1 Corintios 7, Pablo menciona otras ocasiones en las que puede producirse el divorcio. Pablo no se refirió específicamente a las segundas nupcias en estos casos como una forma de adulterio, como hizo Jesús en los Evangelios. En un caso aconseja no volver a casarse y en los otros no lo menciona abiertamente.
Si bien es importante investigar el carácter y los antecedentes de un anciano o diácono en el proceso de selección de estos líderes, una esposa con un divorcio anterior no es necesariamente motivo para descalificarlo. La iglesia debe tener en cuenta toda la información y determinar si el carácter general y la integridad del hombre se ajustan a las calificaciones presentadas en las Escrituras. Si es así, entonces el hombre podría servir en el liderazgo de la iglesia a pesar de los problemas en el pasado.
Ninguna persona es perfecta, ni lo es ningún matrimonio. Seleccionar a un líder de la iglesia requiere mucho cuidado, sin embargo, Dios puede usar a aquellos que han tenido matrimonios problemáticos en el pasado, incluyendo al cónyuge de un anciano o diácono, y usar a estas familias para servir y ministrar a otros para la gloria de Dios.