Una casa dividida, no permanecerá - ¿Qué significa esto?

El famoso proverbio "una casa dividida contra sí misma, no permanecerá" se encuentra en cada uno de los Evangelios Sinópticos (Mateo 12:22-32; Lucas 11:14-23; Marcos 3:22-29). En Marcos 3, los escribas acusaban a Jesús de estar poseído por Beelzebú, es decir, por Satanás. Decían que "por el príncipe de los demonios echaba fuera los demonios" (Marcos 3:22). En ese momento Jesús respondió diciendo "¿Cómo puede Satanás echar fuera a Satanás? Si un reino está dividido contra sí mismo, tal reino no puede permanecer. Y si una casa está dividida contra sí misma, tal casa no puede permanecer" (Marcos 3:23-25). Lo que Jesús estaba diciendo, esencialmente, es que es imposible que Satanás se expulse a sí mismo. Afirmaba que el objetivo de Satanás es destruir, no sanar; Satanás no expulsaría a los demonios de una persona para que Jesús, el Hijo de Dios, fuera proclamado como un poderoso y misericordioso salvador y sanador. No tiene ningún sentido que Satanás haga esto.

La "casa" en la parábola realmente significa un "hogar" o una familia que vive unida bajo un mismo techo. Así como un reino en guerra civil eventualmente se destruirá a sí mismo, un hogar que está "dividido contra sí mismo" eventualmente caerá. Si no hay armonía y acuerdo entre los miembros de un hogar, es imposible que esa casa "se mantenga en pie" y tenga éxito. Por ejemplo, imaginemos una familia con cuatro hijos. El padre y dos de los hijos insisten en salir a cenar, como familia. Por su parte, la madre y los otros dos hijos insisten en quedarse en casa a cenar, en familia. Quieren comer juntos, pero no se ponen de acuerdo sobre el lugar. ¿Cuándo crees que esta familia logrará su objetivo? Esta es la imagen de una familia dividida contra sí misma: nunca logrará su objetivo a menos que todos se pongan de acuerdo. El objetivo de Satanás es destruir el reino de Dios, oscurecer la verdad, matar, robar y devorar (Juan 10:10; 1 Pedro 5:8). ¿Qué éxito tendría Satanás si anduviera por ahí ayudando a Jesús a expulsar demonios?

Cuando Jesús les dijo a los escribas que "si una casa está dividida contra sí misma, tal casa no puede permanecer", estaba desenmascarando la obstinada incredulidad de ellos. Es obvio que Satanás no expulsa demonios; los escribas y fariseos sólo trataban de encontrar razones para odiar y oponerse a Jesús porque representaba una amenaza para su sistema religioso. Ellos dependían de sus propios esfuerzos para la salvación, y por esa razón, el mensaje de Jesús que hablaba de depender de Dios les resultaba repulsivo. Trataban de encontrar cualquier cosa -incluso lo ridículo- que les diera la razón y demostrara que Jesús estaba equivocado.

En cierto momento, Jesús les dijo a los fariseos que podían ser libres de la práctica del pecado (Juan 8:34). Eran conocidos como las personas más justas de su entorno, ¿y Jesús les decía que eran pecadores? Eso no les gustó. Acusaron a la madre de Jesús, María, de ser inmoral sexualmente, diciendo "Nosotros no somos nacidos de fornicación" e insinuando que Dios era su Padre, pero no el de Jesús, tal y como Jesús afirmaba (Juan 8:41). Jesús les dijo entonces, sin rodeos: "Vosotros sois de vuestro padre el diablo" y la prueba estaba en sus intenciones homicidas y sus mentiras (Juan 8:44). Una vez más, le acusaron de tener un demonio (Juan 8:48). Jesús les respondió diciéndoles "antes que Abraham fuese, yo soy", lo que equivale a decir "yo soy Yavé". Los fariseos entendieron su significado. Tomaron piedras y trataron de apedrearlo, pero Jesús "se escondió" (Juan 8:49-59).

Este sorprendente pasaje demuestra además que los fariseos estaban desesperados por silenciar a Jesús a toda costa. Llegaron a ser irracionales, mentirosos, y estaban dispuestos a asesinarle. De hecho, estaban exhibiendo las obras de Satanás, mientras que Jesús exhibía las obras de Dios. Parece que Satanás estaba cooperando con ellos para oponerse a Jesús haciendo que lo acusaran de estar poseído. Esto es coherente con la naturaleza engañosa de Satanás, que "se disfraza como ángel de luz" (2 Corintios 11:14) y evidencia que lo que dijo Jesús era cierto: Satanás no se opone a sí mismo, se opone a Dios y a Cristo.