¿Acaso Dios cambia de parecer?

Cuando algo es perfecto, no hay necesidad de cambiarlo. Dios es perfecto, por lo tanto, Él no necesita cambiar de opinión. Malaquías 3:6 dice: "Porque yo el Señor no cambio". Números 23:19 también confirma: "Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta".

Sin embargo, hay ocasiones en la Biblia en las que parece que Dios cambia de opinión. En Génesis 6, Dios dice que está "arrepentido" por haber hecho a los seres humanos y decide destruirlos a todos excepto a Noé y su familia. Cuando Jonás predicó al pueblo de Nínive, Dios se "arrepintió" de lo que iba a hacer, y esa ciudad fue perdonada (Jonás 3:10).

Cuando la Biblia menciona el "dolor" de Dios o el "cambio de parecer", está expresando en términos humanos el hecho de que a Dios le molesta el pecado. A causa del pecado, el hombre merece ser juzgado, y a veces ocurre el juicio (como con el Diluvio en tiempos de Noé). Otras veces, los pecadores se arrepienten, y Dios responde con misericordia y no con ira. El énfasis está en la misericordia de Dios. La versión de la NVI de Jonás 3:10 capta perfectamente la idea: "Al ver Dios lo que hicieron...cambió de parecer y no llevó a cabo la destrucción que les había anunciado". Dios no cambia de parecer; simplemente tiene compasión.

De hecho, la Biblia enseña que Dios conoce todas las cosas, incluyendo cualquier eventualidad. "Yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí, que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho" (Isaías 46:9-10). Ya que Dios conocía "lo por venir desde el principio", sabía que enviaría el Diluvio incluso antes de crear al hombre. El pecado del hombre no lo "tomó por sorpresa" y no "cambió de parecer" al crear al hombre. Además, Dios nunca se sorprende por quién responde a Su gracia y quién no. "Nos escogió en él antes de la fundación del mundo" (Efesios 1:4). Él es el Dios soberano, omnisciente y perfecto.

Ezequiel anotó las palabras de Dios: "Yo el Señor he hablado; vendrá, y yo lo haré" (Ezequiel 24:14). Lo que Dios quiere, lo hace. Sus planes no se pueden cambiar. En una ocasión, se sorprendió al pueblo de Israel adorando un becerro de oro. Dios le dijo a Moisés que el pueblo merecía ser destruido. Sin embargo, Moisés oró y buscó la misericordia del Señor, y "el Señor se arrepintió del mal que dijo que había de hacer a su pueblo" (Éxodo 32:14). Una vez más, podría parecer que Dios había cambiado de opinión. La explicación es que Dios sabía de antemano que tendría misericordia como consecuencia de la oración de Moisés. Dios no cambió de opinión; reveló progresivamente lo que ya había decidido.

Santiago escribió: "Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación" (Santiago 1:17). Como Dios es perfecto, no hay "variación" con Él. Él no cambia porque no lo necesita. Cuando la Biblia dice que Dios "cambia de opinión", simplemente está comunicando en términos humanos limitados las acciones de Dios de tal manera que podamos comprenderlas.